El fiscal Leandro Arévalo, que interviene en el juicio por el femicidio de Claudia Repetto, cometido en marzo de 2020 en la ciudad bonaerense de Mar del Plata, pidió este jueves que se condene a prisión perpetua a la expareja de la víctima, Ricardo Alberto Rodríguez, al considerar que la asesinó y enterró el cuerpo en un descampado siete meses después de que ella pusiera fin a la relación que habían tenido, informaron fuentes judiciales.
En su alegato ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 marplatense, el fiscal Leandro Arévalo, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 7 de ese departamento judicial, solicitó la máxima pena para el imputado Ricardo Alberto Rodríguez (57).
El pedido fue acompañado a su turno por el abogado que representa a los hijos de Repetto, ante los jueces Mariana Iriani, Ricardo Perdichizzi y Juan Galarreta, quienes informaron que el próximo lunes 31 de octubre al mediodía darán a conocer la sentencia.
Arévalo consideró acreditado en las cuatro jornadas que duró el proceso oral, que Rodríguez, imputado por el delito de “homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género”, mató con una “feroz golpiza” a Repetto, tras interceptarla la noche del 1 de marzo de 2020, cuando salía de la casa en la que ella vivía en el barrio Termas Huinco, detrás de la de él.
Dio por probado además que, tras el crimen, el acusado se hizo pasar por la mujer y escribió un mensaje con su teléfono a un amigo que debía pasar a buscarla para cenar, en el que alegó un supuesto malestar físico, cuando “ella ya estaba muerta”.
El fiscal precisó que el acusado “envió luego 26 mensajes” a un hijo suyo para que le llevara una moto, con la que trasladó antes del amanecer el cuerpo de la mujer y lo enterró en un descampado a 13 kilómetros al sur de la ciudad.
Arévalo señaló que “Rodríguez tenía planeado matarla”, y que “ejerció una violencia de género que además estuvo presente en toda la relación” que habían mantenido durante un año y medio, y también luego de que ella lo dejara siete meses atrás.
“Claudia tenía que salir como una fugitiva de su casa y con la luz apagada, porque él la espiaba y la acechaba una vez separados”, indicó, y señaló que además “se la pasaba llorando todo el día durante el tiempo que duró su convivencia” y que pensaba mudarse “por miedo” tras haber roto con él.
El abogado Maximiliano Orsini, representante de los hijos de la víctima, coincidió con el pedido de prisión perpetua, y solicitó que se incorporen además los agravantes de "premeditación, nocturnidad, extensión de daños, indefensión de la víctima y falta de arrepentimiento sincero".
“Rodríguez entendió que tenía una propiedad sobre Claudia y lo canalizó en una obsesión y un hostigamiento”, dijo Orsini, y agregó que “la manipulaba y le manejaba la culpa”, para que no lo denunciara pese al “mal inminente que la acechaba”.
El abogado dijo que “no existen dudas del calvario que vivió” la víctima y que su ex pareja “ejerció una violencia psicológica para que ella no reaccionara” y para que “pensara que podía controlarlo”, más allá de las advertencias de allegados y de propia expareja y madre de los hijos del imputado, quien al declarar en el juicio relató que lo había acusado años antes por tratar de ahorcarla.
Orsini subrayó además que los familiares de Repetto, “como víctimas, tuvieron que asumir un rol de persecución penal que corresponde al Estado”, durante las semanas que Rodríguez estuvo prófugo, y “que gracias a su intervención pudo ser detenido” en plena cuarentena por el coronavirus.
El defensor oficial de Rodríguez, Christian Rajuan, no discutió la materialidad del hecho ni la autoría, pero se refirió a presuntas “incoherencias” en los informes periciales de los médicos que analizaron el cuerpo de la víctima, y cuestionó la calificación legal, por lo que propuso una figura de homicidio culposo.
Al igual que en la apertura del juicio, el imputado siguió la audiencia por videoconferencia desde la Unidad Penal 44, donde cumple prisión preventiva, y en sus últimas palabras ante el tribunal volvió a pedir “perdón a los hijos y familiares” de la víctima, que durante las cuatro jornadas del debate estuvieron presentes en el TOC 1, en el séptimo piso de los tribunales.
Desaparición y muerte
Según la investigación del hecho y tal como se plasmó en el proceso, la desaparición de Repetto fue denunciada el 2 de marzo 2020, luego de que ella se ausentó en su trabajo, y aunque inicialmente la causa fue caratulada "averiguación de paradero", la hipótesis del femicidio ganó fuerza después de que el despliegue de policías provinciales y federales, que incluyó rastrillajes con perros y análisis de cámaras de seguridad, no arrojara rastros de la víctima ni del acusado durante 26 días.
Finalmente, el hombre fue detenido el 27 de marzo, en el inicio de la cuarentena por la pandemia, tras ser interceptado en la vía pública por un amigo de los hijos de Repetto, quien también declaró en el juicio y dijo que el hombre negó tener información de la mujer.
Horas después de su captura, confesó el femicidio y dijo que había enterrado el cuerpo muy cerca del sitio en el que efectivos policiales habían hallado una pala en los primeros días de la investigación.
También confesó que la noche del crimen atacó a Repetto cuando ella salía para encontrarse con su amigo, que llegaba a buscarla en auto en su vivienda de Don Orione al 1500.