Para algunos conservadores, Rishi Sunak es el ministro que permitió a la economía de Reino Unido superar la pandemia del COVID, para otros el traidor que acuchilla a Boris Johnson o el rival de Liz Truss que advirtió con acierto que los planes fiscales de la todavía primera ministra traerían el caos.
Ahora va a comprobar si puede convencer al partido gobernante de Reino Unido de que es el hombre que lo salvaría del caos.
El exministro de Economía queda en segundo lugar en la última contienda para convertirse en primer ministro de Reino Unido, que concluyó hace solo seis semanas, a pesar de ser el candidato más popular entre los legisladores conservadores del Parlamento.
Sin embargo, fue derrotado por Liz Truss en el voto decisivo, el de los miembros de base del partido, y muchos le culparon de la caída de Boris Johnson.
La dramática decisión de Sunak de abandonar el cargo en julio desencadenó una oleada de dimisiones de ministros, lo que finalmente obligó a Johnson a renunciar a regañadientes al puesto más alto de Downing Street.
Durante la contienda por el liderazgo del verano, Sunak advirtió que los recortes fiscales de Truss provocarían un aumento de los costos de los prestamos, un mensaje que resulta ser correcto, ya que el programa económico de la primera ministra desencadenó una caída del mercado de bonos que en última instancia desencadenó la caída de su promotora.
Ante la confusión reinante entre los conservadores, muchos en su partido piensan que es Sunak el único que puede resolver los problemas del partido.
“Tiene el plan y la credibilidad para restaurar la estabilidad financiera, ayudar a bajar la inflación y ofrecer recortes fiscales sostenibles en el tiempo; y unir a los conservadores trayendo los mejores talentos al Gobierno para cumplir con el pueblo británico”, dijo el ex vice primer ministro Dominic Raab en Twitter.
Para sus partidarios en el partido, el mensaje de la campaña de liderazgo anterior de Sunak sobre la necesidad de prudencia económica para hacer frente a la inflación galopante de Reino Unido y las críticas a los planes de Truss que calificó de “cuentos de hadas“ han demostrado que es el hombre adecuado para el trabajo.