La jueza María Eugenia Capuchetti rechazó hoy la prisión domiciliaria para Gabriel Carrizo, el jefe de los vendedores de algodón de azúcar conocido como “los copitos”, detenido como partícipe secundario del intento de magnicidio contra Cristina Kirchner.
Capuchetti desestimó el pedido planteado por la defensa, a cargo del abogado Gastón Marano, en sintonía con lo aconsejado por la Cámara Federal porteña en el fallo en el que confirmó el procesamiento de Carrizo.
El tribunal de alzada le había recomendado a la jueza que evaluara medidas “menos lesivas” que la prisión efectiva en la cárcel de Marcos Paz para asegurar la comparencia de Carrizo en la causa.
Pero Capuchetti, sobre la base de un dictamen del fiscal Carlos Rívolo y con el pronunciamiento en el mismo sentido de la querella, consideró que persisten los “riesgos procesales”.
Bajo ese parámetro, denegó la prisión domiciliaria pedida por la defensa, pues consideró que “los riesgos procesales no pueden ser neutralizados a través de otros medios menos lesivos para los derechos del imputado”.
La resolución tomó en cuenta también un informe socio-ambiental reclamado por la jueza a efectivos de la Policía Federal que resultó negativo para el interés de Carrizo.
El reporte consideró que por las condiciones de habitabilidad y seguridad internas de la casa en la que Carrizo podría cumplir con la domiciliaria (paredes con humedad, falta de puertas que separen ambientes), el lugar no era el adecuado.
Capuchetti consideró que mantener a Carrizo encerrado en una cárcel común contribuirá a “salvaguardar la investigación de posibles maniobras que la puedan entorpecer”.
“La modalidad de detención propiciada no resulta suficiente para aplacar los riesgos procesales mencionados”, subrayó la jueza en su resolución.