Entre los votos negativos a la media sanción a la ley de alcohol cero, hubo de todas las bancadas, por el PRO fueron los Diputados, Federico Angelini, Felipe Chumpitaz, Omar De Marchi, Germana Figueroa Casas, Álvaro Martínez, José Carlos Núñez.
En tanto por la UCR votaron en contra Ricardo Buryaile, Julio Cobos, Ximena García, Jimena Latorre, Lisandro Nieri, Pamela Verasay.
Por el oficialismo también hubo votos en contra de José Luis Gioja y Eber Pérez Plaza. También votaron negativamente los libertarios José Luis Espert, Javier Milei, Victoria Villarruel y Ricardo López Murphy, y la tucumana Paula Omodeo (CREO).
En tanto los diputados Sabrina Ajmechet (PRO), Marcela Campagnoli (CC-ARI), Juan Manuel López (CC-ARI) y Marisa Uceda (FdT) se abstuvieron.
Desde la cúpula de Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina), se preparan para empezar a hacer sonar los teléfonos de los senadores, sobre quienes recae ahora la responsabilidad de tratar (y aprobar, o no) la ley de alcohol cero.
De lograr sanción definitiva, los referentes vitivinícolas lo ven como un revés difícil de dar vuelta.
Ahora, la mira de las instituciones que representan a la vitivinicultura está puesta en los senadores por Mendoza, sobre todo Anabel Fernández Sagasti (FDT) y en menor medida Alfredo Cornejo y Mariana Juri, del frente Cambia Mendoza.
Por lado, Cornejo y Juri anticiparon que no acompañarán la iniciativa. En tanto, Fernández Sagasti está, hasta el momento de la votación en la Cámara Alta, en el ojo de la tormenta, dado que su decisión es una verdadera incógnita: ¿acompañará, por “disciplina partidaria” al proyecto que viene con aval del propio Gobierno nacional, o, como se preguntan los vitivinícolas “se pondrá la camiseta” de Mendoza?
Por lo pronto, y más allá de la estrategia de cara a la discusión en la Cámara Alta, la industria “abre el paraguas”. Y aplauden desde ya el hecho de que el gobernador Suarez analice que Mendoza no adhiera a la ley nacional de tolerancia o alcohol 0, en caso de que termine aprobándose.
Un escenario alternativo, si el proyecto finalmente se convierte en ley, es recurrir a la Justicia. Concretamente, con una demanda por inconstitucionalidad en contra de la tolerancia cero al alcohol al volante, carta que Coviar tendrá para jugar llegado el caso y si ninguno de los resortes previstos funciona.