Ni bien La Scaloneta logró conquistar la tercera Copa del Mundo(1978, 1986 y 2022), situando al fútbol argentino en el podio de los Campeones mundiales después de un agónico partido que duró 120 minutos y se terminó definiendo por penales, doblegando in extremis al combinado galo, las calles céntricas se vieron anegadas por la marea celeste y blanca, que tardó solo unos segundos en extenderse por varias cuadras después de que Gonzalo Montiel pateara el cuarto penal y sellara la consagración Argentina después de 36 años.
A pesar del paro de colectivos que llevó adelante en forma inconsulta la agrupación disidente a la actual conducción de la UTA Mar del Plata, desde horas tempranas comenzó la peregrinación a pie, en camionetas, en automóviles, motos y bicicletas hacia el centro neurálgico de la ciudad, para luego de la victoria y consagración de Argentina en el Mundial congregarse en torno a la zona del Monumento al Libertador General San Martín, dando rienda suelta a una inconmensurable alegría acompañada de bocinazos, banderas, camisetas albicelestes y canticos a rabiar.
Fue un festejo a viva voz, una ráfaga interminable de euforia, un lapso de éxtasis, de inmensa alegría por la ilusión cristalizada de levantar la Copa del Mundo obtenida en una final electrizante.
Todos querían llegar a la Plaza San Martín y durante largo rato, la intersección de Luro e Independencia fue una peatonal. Los más avezados "tiraron" una cifra, acá hay más de 200.000 personas.