Casi medio millón de trabajadores del transporte, docentes, funcionarios y empleados del sector público británicos adhirieron este miércoles a la mayor protesta sindical coordinada de los últimos diez años en el país europeo, convocada para pedir mejoras salariales en un contexto de inflación.
Los bajos salarios y las precarias condiciones de trabajo impuestas por el Gobierno se vieron agudizadas por el alto índice de inflación, que superó el 10,5% anual en 2022, a raíz de la guerra de Ucrania y la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) hace tres años.
Los trabajadores británicos también se movilizaron en contra de un proyecto de ley del primer ministro Rishi Sunak para frenar las interrupciones de las huelgas, que se intensificaron en los últimos tres meses, mediante la aplicación de niveles mínimos de servicio en sectores clave, incluidos la salud y el transporte.
Las centrales gremiales estimaron que hasta medio millón de trabajadores, incluyendo maestros de escuelas y profesores universitarios, conductores de trenes y colectivos, adhirieron a la huelga, que paralizó también aeropuertos, museos y oficinas públicas.
La protesta se extendió a diferentes ciudades del país europeo, con miles de personas marchando por las principales ciudades del Reino Unido para rechazar el proyecto de ley de Sunak y mostrar su malestar con el aumento del costo de vida.
Los manifestantes se reunieron frente a lugares como escuelas, estaciones de tren, universidades y departamentos gubernamentales y organizaron piquetes para expresar su desacuerdo con la política del Gobierno.
La participación docente
La disputa salarial involucró a docentes de Inglaterra y Gales de 23.000 escuelas nucleados en el Sindicato Nacional de Educación (NEU).
Los docentes rechazan el aumento de 5% ofrecido por el Gobierno y piden un alza por encima de la inflación, en medio de la peor crisis del costo de vida en Reino Unido en una generación.
También piden soluciones a las condiciones extremas a las que se enfrentan los docentes debido a las largas e intensas jornadas laborales, que hacen que muchos abandonen la profesión.
El líder sindical Mark Serwotka advirtió a la cadena Sky News que si no se resolvía la disputa salarial en curso, la cantidad de huelgas seguirá aumentando y continuará durante todo el verano (boreal).
“No es factible que el Gobierno no haga nada con esta cantidad sin precedentes de medidas de fuerza en aumento porque, hoy en día, hay medio millón de trabajadores parando”, agregó el líder del Sindicato de Servicios Públicos y Comerciales (PCS).
El sector público
Dijo además que decenas de miles de empleados públicos están utilizando los bancos de alimentos porque tienen un salario mínimo y no les alcanza.
Miles de empleados públicos nucleados en el PCS, uno de los sindicatos más grandes del Reino Unido, se unieron a la huelga, con cientos de piquetes en todo el país, en lo que podría considerarse la mayor medida de fuerza de funcionarios públicos en una década, lo que provocó la interrupción de cientos de servicios, como museos, puertos y oficiales de Migraciones.
Se informó que el 69% de los miembros están en huelga, con servicios afectados en todo el país.
Los colectivos y trenes también sufrieron grandes interrupciones por el paro y los pasajeros se enfrentaron a otro día de interrupciones debido a la huelga de conductores de trenes miembros de Aslef y del sindicato RMT.
Por la tarde, la empresa Network Rail, hizo una nueva una oferta al sindicato de trabajadores ferroviarios más grande para tratar de solucionar el conflicto.
Desde el Sindicato de Trabajadores Independientes del Reino Unido (IWGB), que reúne a empleados de seguridad, de limpieza, repartidores, entre otros, informaron a Télam que también se sumaron a la huelga en reclamo de un aumento digno del salario que contemple al menos 15 libras la hora y en rechazo a las prácticas de subcontratación.
Según una fuente del sindicato, la inflación impactó en la capacidad adquisitiva de los trabajadores, que se redujo considerablemente con las alzas en el alquiler y el precio de los alimentos, y los salarios actuales no son suficientes para afrontar esta situación.
La reacción del primer ministro
Mientras tanto, el primer ministro Sunak acusó este miércoles a la oposición laborista de permitir una cultura de protestas, y pidió a las partes que lleguen a un acuerdo para asegurar que los niños reciban la educación que merecen.
"Espero que ambos lleguen a un acuerdo para asegurar que los niños puedan volver a la escuela y recibir la educación que merecen. Estamos hablando de los niños, no de negociaciones políticas", dijo Sunak a los parlamentarios este mediodía durante la sesión de preguntas al primer ministro.
Según una encuesta de la consultora Savanta, el 58% de los padres apoyan la huelga de maestros, a pesar de tener que hacer frente al cierre de las escuelas.
En el conjunto de la población, el 50% apoyó a los docentes.
“La estrategia del Gobierno sobre las huelgas consistió en gran medida en esperar que cuanto mayor sea la interrupción, mayor será la oposición, pero hasta ahora ese no ha sido el caso”, aseguró Chris Hopkins, director de investigación política de Savanta, según el diario británico The Guardian.