Una investigación iniciada por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) permitió desbaratar una usina de facturas truchas que habría evadido 2.500 millones de pesos en impuestos por medio de la emisión de comprobantes apócrifos.
El organismo conducido por Carlos Castagneto se presentó como querellante en una causa penal tributaria iniciada en el juzgado federal de Mar del Plata N°3 y en el marco de la cual hoy se llevaron adelante 30 allanamientos en nuestra ciudad y en las ciudades de Buenos Aires y de Córdoba. Como resultado de los procedimientos ordenados por el Poder Judicial, quedaron detenidas seis personas involucradas en las maniobras fraudulentas.
Las áreas especializadas de la Dirección General Impositiva (DGI) habían detectado la existencia de una organización que creaba empresas fantasma y utilizaba a sujetos insolventes para generar usinas de facturación electrónica apócrifa. De esta manera, los usuarios de estos comprobantes falsos podían disminuir de forma ilegal sus obligaciones fiscales, lo que impactaba de forma negativa sobre los recursos genuinos obtenidos por medio de la recaudación tributaria.
Los agentes de la AFIP abocados a las tareas de investigación de esta banda delictiva comprobaron que la organización había emitido comprobantes falsos por $2.308 millones en un corto período de tiempo. Sin embargo, con el correr del tiempo y la continuidad de las operaciones fraudulentas, las ventas simuladas por esta vía sumaron $4.800 millones.
En ese sentido, la DGI estimó que el total del perjuicio fiscal originado con estas maniobras totaliza los $2.500 millones.