Con una inflación de alimentos galopante y una presión social cada vez más grande por la polémica reforma pensional, el Gobierno francés de Emmanuel Macron presentó este lunes un acuerdo con las grandes cadenas de supermercados para reducir los precios de algunos productos básicos.
Se trata de un pacto con el que los distribuidores aceptaron reducir sus márgenes por al menos tres meses en una cesta de productos que escogerán y que llevarán la etiqueta común “trimestre antiinflación”.
El ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, explicó que “será una medida masiva, efectiva y de protección, que garantizará el precio más bajo posible en una serie de artículos, que serán elegidos libremente por los distribuidores, tomando el nivel de precio más bajo posible de los márgenes de los minoristas”.
En junio, cuando se cumpla el plazo, los minoristas y el Gobierno reevaluarán la situación y podrían solicitar a los grandes proveedores de bienes de consumo que renegocien los precios, agregó.