Luego del cambio de autoridades, desde la cooperativa de trabajo Nuevo Amanecer dieron a conocer un panorama de la empresa recuperada que, además, incluyó un pedido de ayuda para el sostenimiento de las fuentes laborales.
La nueva conducción se encontró con serias dificultades en las cuentas de la cooperativa que desde hace diez años se mantiene en la lucha por lograr una previsibilidad que hasta ahora nunca gozó por la falta de avances en el proceso de expropiación de los terrenos donde funciona por el impulso de sus propios trabajadores.
La nueva presidenta de la cooperativa, Lorena Sarrini, definió el estado de situación como "muy complicado" a raíz de importantes deudas que emergieron en el último tiempo y que derivaron en una paralización de la producción, con todo lo que implica para una empresa sostenida en el trabajo diario de sus asociados y en la confianza de la comunidad.
Se trata de un círculo vicioso: las deudas contraídas con proveedores de servicios y materias primas llevaron a una importante reducción de los niveles de producción, por lo que la posibilidad de saldar esos compromisos se hace cuesta arriba en caso de no poder volver a encender las máquinas hoy paralizadas y que son las que generan las ganancias.
Según explicó la presidenta, actualmente la cooperativa necesita de 300 millones de pesos para cubrir la deuda de los tambos y volver a poner en funcionamiento a la cooperativa.
Ante esta situación que nuevamente pone en jaque el futuro de la empresa recuperada como también ocurre con la demora en el proceso de expropiación, los trabajadores de Nuevo Amanecer hicieron público un nuevo pedido de ayuda, a instituciones y sectores políticos, para poder revertir este presente.