En declaraciones al programa Propuesta Joven por la FM 90.5, el edil del Frente de Todos, Vito Amalfitano, aseveró que “a diario recibimos mensajes de los usuarios sobre el deplorable estado de las unidades de transporte público de pasajeros, y ese es uno de los puntos sobre los cuales no hay control del Municipio. El otro punto son las frecuencias, el tiempo que los marplatenses y batanenses esperan el colectivo, junto con los recorridos que no llegan a determinados barrios de nuestra ciudad; son puntos muy trascendentes que afectan a la comunidad en general”.
Acto seguido, recalcó que “lamentablemente, el transporte público de pasajeros pasa por el peor momento de su historia y el responsable es el intendente Guillermo Montenegro, quien en el discurso por el 149 aniversario de Mar del Plata dijo que el transporte público era una asignatura pendiente de su mandato, pero su mandato está prácticamente terminando y no puede ser un comentarista de la realidad, tiene que resolverla, fue votado para ejecutar y, evidentemente, no ejecutó porque nunca hubo control sobre los concesionarios, razón por la cual el servicio se deterioró más y nadie hizo nada desde el Ejecutivo municipal”.
El vicepresidente de la comisión de Movilidad Urbana del HCD, sostuvo que “las soluciones para el servicio tendrían que venir ahora y no esperar al debate del nuevo pliego de licitación del servicio, y las soluciones tendrían que venir con un control más exhaustivo por parte del Municipio y dejar de hablar de un aumento del boleto que no resiste ningún bolsillo más para ocuparse de controlar el servicio y el estado de las unidades”.
Amalfitano recordó, además, que "en plena pandemia no hubo servicio nocturno de colectivo y el intendente no se hizo cargo para que esta situación cambiará dado que perjudicaba a los trabajadores de la salud, que a las 22 no tenían cómo llegar a sus casas", agregando que "Montenegro no intervino, intervinimos nosotros desde el bloque del Frente de Todos, fuimos a reunirnos con el Ministerio de Trabajo y se dictó una conciliación obligatoria”.
“Ese es un ejemplo y un símbolo de lo que fue el mandato de Montenegro con respecto al transporte público de pasajeros”, concluyó sentenciando categóricamente.