Este jueves Cristina Fernández de Kirchner hizo su primera aparición pública en una charla donde habló del devenir económico nacional y el acuerdo con el FMI.
El Teatro Argentino fue el marco de la clase magistral titulada "La Argentina Circular. El FMI y su histórica receta de inflación y recesión. Fragmentación política y concentración económica". La actividad también conmemoró el 20° aniversario de los comicios en los que fue electo presidente Néstor Kirchner y presentó la inauguración de la Escuela Justicialista llamada, precisamente. "Néstor Kirchner".
En ese ámbito, Cristina Fernández de Kirchner ratificó que no se presentará a presidenta y pidió un acuerdo de todos los sectores para terminar con la dependencia del dólar.
La vicepresidenta reflexionó sobre la situación económica diciendo que “es imposible avanzar en el presente y en el futuro si no sabemos de dónde venimos” pidió y calificó a “la dolarización es mucho peor que la convertibilidad”, aunque recordó que “en la convertibilidad estuvieron a punto de fundirse las principales empresas argentinas”.
Entre los impedimentos para dolarizar la economía nacional señaló a la soberanía monetaria y que “la Argentina tiene una matriz competitiva con la matriz productiva de Estados Unidos”. “El problema es que la dolarización se presenta como una respuesta a la inflación”, indicó.
En simultáneo, dijo que “no hay que creer que por tener Vaca Muerta nos vamos a salvar porque cuando uno no tiene valor agregado y sólo produce materias primas, está muy sujeta a los precios y volatibilidades internacionales”. “Tenemos que saber qué vamos a hacer con el litio”, agregó.
“Me parece que es bueno que esta Escuela pueda ahondar en estas cuestiones discutiendo con los compañeros yendo a la calle a discutir como discutíamos en nuestra época, en todas partes”, pidió Cristina Kirchner. “Dar debate en el cuerpo a cuerpo con ciudadanos y ciudadanas”, fue su definición.
La vicepresidenta reiteró que “es necesario sentarse todas las fuerzas políticas por la dolarización de hecho que hay en la Argentin”", y admitió que “no quiero ponerme de acuerdo en todo” pero que es preciso debatir la economía bimonetaria “para que el país funcione normalmente” y que “no sea un drama cada movimiento cambiario en la República Argentina”.
La vicepresidenta reiteró que “es necesario sentarse todas las fuerzas políticas por la dolarización de hecho que hay en la Argentina”, y admitió que “no quiero ponerme de acuerdo en todo” pero que es preciso debatir la economía bimonetaria “para que el país funcione normalmente” y que “no sea un drama cada movimiento cambiario en la República Argentina”.
En ese sentido, apuntó contra el "lastre" del "retorno del FMI a la Argentina". "Estamos ante un problema brutal", recordando que "fue el protagonista de los peores momentos que se vivieron durante la democracia en materia económica y de condicionalidades" y calificó al acuerdo como "inflacionario porque es una política enlatada, que se aplica como una receta monotemática a todos los países". "Las políticas del FMI no han funcionado en ninguna parte. No hay un modelo exitoso", añadió.
En ese sentido ratificó que “es necesario revisar esas cláusulas y ese acuerdo” y rememoró que “el gran caballito de batalla fue el déficit fiscal: la meta del año pasado se sobrecumplió, más de lo que el Fondo exigía. Sin embargo, la inflación se disparó igual, porque la inflación está atada en la Argentina a la escasez o abundancia de dólares”.
“¿Quién va a prestar miles de millones de dólares si no están apalancados en el exterior con una garantía? Lo que pasa es que después usás los dólares, que deberían estar dedicados a la industria para sostener la actividad económica, para pagar deuda. Se podía haber evitado y se hubiesen enojado algunos. Ese es el problema de querer gobernar y conformar a todos: finalmente terminás enojando a todos”, criticó.
Luego pidió “revisar las condicionalidades” con el FMI y “en el futuro vamos a tener que discutir que la suma que se pague al Fondo estén atadas con un porcentaje al superávit fiscal, que son los únicos dólares que producimos”.
Cristina Kirchner continuó hablando del déficit fiscal, señalando que no tiene que ver con “gastos sociales” que representan “un 4,6% del PBI”: “Yo me quejo más de los que tienen plata y no pagan impuestos”, dijo. “El gasto tributario está en el Presupuesto de la Nación”, recordó y sostuvo que si se pagaran en su totalidad “no tendríamos déficit fiscal”. Señaló, además, que la alícuota del Impuesto a las Ganancias es del 35% pero, en promedio, sólo se pagan un 2,45%.
“Tendríamos que sentarnos en una mesa a ver cuánto pone cada uno", manifestó y agregó: "los políticos hacen cola para ir a los plenarios de los empresarios a decirles a cuántos le van a pegar, cuántos empleados van a echar. No va más esto”.
Precisó que “parte de las discusiones que tuvo el anterior ministro no fueron conmigo, sino porque el Banco Central no intervenía en algunas situaciones, como sentarse en las reservas”. “No se trata de una persona, sino hay que construir un programa de gobierno”, reflexionó acerca de las corridas cambiarias.
Posteriormente, analizó que “hoy tenemos otros problemas: crecimiento económico real y genuino con mala distribución del ingreso. Hay por primera vez trabajadores en relación de dependencia que son pobres. Esto nunca nos había pasado y es uno de los desafíos que tenemos”. “La actividad económica creció y el empleo que se generó fue más precario, informal y con mucho monotributo”, entendió.