El ex sargento de la policía bonaerense Ricardo Panadero, cuarto efectivo acusado por el crimen de la adolescente Natalia Melmann, ocurrido el 4 de febrero de 2001 en la localidad balnearia de Miramar, fue sentenciado este miércoles a la pena de prisión perpetua por el Tribunal Oral en lo Criminal 4 de la ciudad de Mar del Plata, que ordenó su inmediata detención.
A 22 años de cometido el hecho y en un fallo unánime, Panadero fue declarado coautor de los delitos de “privación ilegal de la libertad agravado, abuso sexual agravado y homicidio doblemente agravado, por el concurso premeditado de dos o más personas y por ser cometido para asegurarse la impunidad”, en el marco del segundo juicio que debió enfrentar por el caso, tras haber sido absuelto en el primero realizado en 2018.
Gustavo Melmann, padre de Natalia, expresó que “pasaron 22 años del crimen y es muy tarde, pero se hizo justicia”, tras la condena a prisión perpetua dictada a Ricardo Panadero, el cuarto policía bonaerense acusado por el hecho, y pidió “que no se repita nunca más”.
“Esta condena no nos cambia como familia, pero sí cambia la historia, porque el abuso de las fuerzas policiales no se puede volver a repetir”, señaló Melmann, luego de que el Tribunal Oral en lo Criminal 4 de Mar del Plata diera a conocer su fallo, en el que declaró culpable a Panadero por el rapto, el abuso y el homicidio de la menor.
El padre de la víctima aseguró que “Natalia es un símbolo de la barbarie que puede llegar a hacer la Policía”, y pidió que “esto no se repita nunca más”.
Destacó que el fallo es “un aporte al (movimiento) Ni Una Menos, por haber sacado a un femicida de la calle”, y, en ese sentido, subrayó “la perspectiva de género” de los jueces Néstor Conti, Mariana Irianni y Juan Galarreta al dictar la sentencia en este segundo juicio a Panadero.
Laura Calampuca, madre Natalia, dijo por su parte que a su hija “nadie la resucita”, pero valoró que “no haya más un femicida suelto en Miramar”.
Calampuca pidió “que esto no se vuelva a repetir” y consideró que Panadero “debería estar preso desde 2002”, cuando se llevó adelante el juicio en el que fueron condenados a prisión perpetua otros tres efectivos acusados por el crimen.
La madre de la víctima pidió por otra parte que se investigue la posible participación de un quinto efectivo en el hecho. “Del cuerpito de Naty surgieron cinco rastros de ADN: tenemos que ir por el quinto”, dijo Calampuca en la puerta de los tribunales marplatenses, minutos después del fallo. En la misma línea apuntó el padre de la adolescente: “Vamos a buscar que todos los que participaron sean condenados”.
El cuarto detenido
Panadero, que había llegado al juicio en libertad, quedó inmediatamente detenido por orden del Tribunal. De acuerdo a la investigación realizada por la fiscal Ana María Caro, titular de la Unidad Funcional de Instrucción descentralizada de Miramar, a lo largo de este segundo juicio quedó acreditado que Panadero fue coautor del secuestro, abuso sexual y homicidio de Natalia.
Entre los elementos incorporados en el juicio, Caro destacó el examen de ADN de un vello pubiano hallado en el cuerpo de la víctima, que arrojó una compatibilidad del 97,05 por ciento con el perfil genético del exsargento.
A su vez, destacó la declaración brindada en la primera audiencia del proceso por un testigo de identidad reservada de la causa, quien aseguró que en la madrugada de la desaparición de la adolescente había visto cómo era subida a la fuerza a un patrullero por cuatro policías, entre los que ubicó al ahora condenado.
Panadero es el cuarto policía condenado por el crimen que conmocionó al país en la temporada de verano de 2001, ya que si bien había sido juzgado por primera vez en julio de 2018, había resultado absuelto.
Pero la fiscalía y la familia de la adolescente apelaron ese fallo, y en noviembre de 2019 la Sala III del Tribunal de Casación Penal bonaerense lo anuló y ordenó la realización de un nuevo proceso.
El ex sargento no formó parte del juicio en el que los otros tres policías acusados -Oscar Echenique (63), Ricardo Anselmini (55) y Ricardo Suárez (60)- fueron condenados a prisión perpetua, en septiembre de 2002, porque había sido sobreseído antes.