Estuvieron presentes el intendente Guillermo Montenegro, autoridades municipales, militares y de distintas organizaciones de la sociedad.
En la homilía el obispo Gabriel Mestre se refirió al texto de la Palabra de Dios que ofrece una profunda reflexión del Apóstol Pablo con respecto a la esperanza que hunde sus raíces en la vida de Abraham, nuestro padre común en la fe para judíos, cristianos e islámicos. El gran patriarca es presentado como aquel que “esperó contra toda esperanza”. En un momento difícil y de falta de horizonte Abraham no desesperó, al contrario, como ser humano de fe y esperanza confió plenamente en Dios y encontró en Él la luz de sentido que necesitaba.
Con Abraham, nosotros hoy somos invitados a la esperanza. ¿Esperanza de qué o en quién…? Esperanza de que en Dios nuestros planes se mejoran y nos mejoran a nosotros. Comparto tres breves palabras para resignificar la esperanza en nuestros contextos de vida: DIOS, PUEBLO, AUDAZ.
1) La esperanza mira en primer lugar y sobre todas las cosas a DIOS. Para los que tenemos fe, la esperanza tiene su raíz y sentido en DIOS. Más allá de todas las vicisitudes humanas es DIOS el que le da sentido a nuestra vida. En Él nos apoyamos hoy y siempre, apoyamos nuestra existencia y la realidad de nuestra historia.
2) En segundo lugar, viendo la actitud de Abraham, podemos redescubrir la esperanza confiando en el potencial de nuestro PUEBLO. Nuestro querido PUEBLO argentino, que hoy celebra 213 años de existencia como Nación, más de una vez ha tenido que “esperar contra toda esperanza” por las diferentes crisis agudas que hemos atravesado como Patria. Existen muchos signos de esperanza en nuestra gente, en nuestro PUEBLO, en los más simples y sencillos, para no desesperar y seguir eligiendo caminar hacia adelante.
3) En tercer lugar, saber que hoy también estamos invitados a la esperanza AUDAZ en medio de la crisis que estamos transitando. La inflación galopante, la violencia, la pobreza, las nefastas consecuencias de la droga en todos los niveles y en muchos ámbitos, la situación exclusión del sistema de muchas personas… son algunas de las dolorosas realidades que podríamos describir. En este difícil contexto la esperanza no es quimera, ni actitud pasiva y negadora. Ante esta realidad la esperanza es AUDACIA. Nos recuerda el querido Papa Francisco en Fratelli Tutti: …La esperanza es AUDAZ, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna. Caminemos en esperanza (FT 55). Esta breve, pero profunda reflexión del Santo Padre nos pone a todos, pero de manera particular a nuestros gobernantes y candidatos a gobernantes, en tensión positiva para sacar lo mejor de sí y de cada espacio siendo AUDACES para lograr el bien común de todas y todos los argentinos. Desafiados a responder con generosidad para no defraudar la esperanza de nuestro querido pueblo argentino.
"Pidamos a Dios con humildad, por la intercesión de la Virgen de Luján, Madre del Pueblo Argentino, ser servidores de la Patria caminando en esperanza activa, esperanza audaz para el crecimiento de nuestra Nación” finalizó el obispo.