La televisión en vivo está cargada de noticias, adrenalina y, muchas veces, de irresponsabilidad. En los últimos tiempos, América TV quedó expuesta en ese tercer punto con el solo objetivo de ganar, al menos, medio punto de rating. En este caso, el miércoles a la mañana, en el programa Desayuno Americano, que conduce Pamela David, esposa de Daniel Vila, el dueño del canal, cometieron un delito que podría llevarlos a tener grandes consecuencias en la Justicia: el notero Fabián Rubino compró droga en un búnker narco en el móvil en vivo.
“Voy a ver si se puede comprar”, afirmó el notero del canal porteño y le dijo al camarógrafo que mantuviera distancia y apagara la luz. Entonces se metió en un pasillo y le dijo al vendedor, que estaba oculto detrás de una pared, que quería comprar droga. “Mil quinientos”, le pidió. Del otro lado, le preguntaron si tenía vuelto porque había pagado con dos billetes de mil. Pero no hubo drama para la transacción.
Desde el estudio, Pamela repetía: “Yo no puedo creer lo que acaba de pasar. No lo puedo creer”. En tanto, el periodista mostraba a cámara una bolsita con una sustancia blanca. Entonces, Paulo Vilouta, con sus inefables acotaciones, afirmó: “Más allá de lo llamativo, ya tiene que intervenir un fiscal, más allá de la Policía de la Ciudad. Esto es para un fiscal”.
Entonces, Rubino, que seguía sosteniendo la bolsita que le dio el dealer, declaró: “Me mató el chiquito que salió de ahí, era un menor de edad... la verdad es que acá corremos riesgo todos. El corazón me palpita y no me para de latir. Pasé un momento totalmente a full y pusimos en riesgos nuestras vidas”.
Otro que se encontraba en el estudio era el abogado Christian Poletti, especialista en Derecho Penal, que llamó al 911 para dar aviso a la Policía de la Ciudad de que habían descubierto un búnker narco. “Hola, estoy viendo cómo venden droga en vivo en un canal”, se le escuchó decir. Pocos minutos después, un patrullero llegó a la intersección de las calles Sarmiento y Jean Jaures. Pero nada salió cómo esperaban.
Los tres efectivos de la Policía de la Ciudad se negaron a agarrar la bolsa de droga que Rubino les quería dar. Y luego requisaron a un joven que salió del domicilio que el cronista les denunció como búnker narco. Pero todo se complicó unos minutos después.
Por supuesto, luego del ida y vuelta con la Policía, Rubino quedó demorado. Ni siquiera pudo terminar con el móvil porque le pidieron que fuera a la fiscalía para relatar todo lo que había ocurrido. Por supuesto, la bolsa con supuesta cocaína que él mismo pagó de su bolsillo pasaría a formar parte de la investigación. Un nuevo escándalo para América.