La elección a gobernador de Santa Cruz arrojó un batacazo histórico: el kirchnerismo perdió el control de la provincia después de 32 años. El petrolero Claudio Vidal, aliado al PRO y partidos provinciales, será el sucesor de Alicia Kirchner.
Tras un lento y complejo recuento de votos (al igual que en la Ciudad de Buenos Aires, en Santa Cruz la elección era concurrente), pasadas las 2 de la madrugada el conteo recién superaba el 80 por ciento y arrojaba una diferencia escasa a favor de Vidal.
El lema encabezado por el sindicalista petrolero sumaba el 46,62 por ciento de los votos contra el 43,97 por ciento de Unión por la Patria.
Vidal sumó cinco sublemas, entre otros el del PRO del periodista de Multimedios Clarin Mario Markic que no llegaba a aportarle 6 mil votos. Markic fue impulsado por María Eugenia Vidal, que sobre el tramo final de la campaña forzó el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta, que antes había respaldado al petrolero.
A nivel individual también Vidal fue el más votado (casi 43 mil votos), aunque sin el aporte de los sublemas no le hubiera alcanzado para superar a los dos candidatos kirchneristas, Javier Belloni y Pablo Grasso, casi empatados en 29 mil votos.
La elección santacruceña marcó un rotundo fracaso de la estrategia del kirchnerismo, que pegó la elección provincial a las PASO con la idea de aprovechar el impulso de las listas nacionales. La gobernadora Alicia Kirchner encabezó la boleta de senadores.
Pero lejos de generar un arrastre lo que provocó fue un monumental voto en blanco en las categorías nacionales, que fueron dejadas de lado por los votantes que se concentraron en la votación de gobernador.
En esa categoría el voto en blanco fue de casi 10 puntos, mientras que para presidente fue de casi 30 puntos y en la categoría senadores fue de 62 por ciento. La boleta de Alicia apenas sumó el 17 por ciento de los votos y eso le alcanzó para ganar.