El bullying sigue siendo una preocupación importante en las escuelas de hoy en día, y es crucial comprender sus raíces para abordarlo de manera efectiva. De acuerdo con un informe de la UNESCO, en el mundo, uno de cada tres niños, niñas y adolescentes sufren acoso escolar -bullying-; y más del 36% de jóvenes del mundo se ven afectados por una agresión física. Por su parte, en Argentina, el 75% de estudiantes de secundaria del país asegura que existe casos de bullying en su escuela, el dato surge de un informe desarrollado con los resultados del operativo Aprender 2019 del Observatorio Argentinos por la Educación. Es en este contexto, que la especialista María Zysman de la Asociación Libres de Bullying y docente de la Diplomatura eb Nediación y Convivencia Escolar de la mano de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba y Aula Abierta, desarrolla puntos clave y una serie de consejos para entender y abordar este problema.
Definición y creencias
El bullying consiste en humillar a otra persona de manera cruel y sin límite con el objetivo de desvalorizar al otro frente al grupo. Es importante desmentir el mito de que la víctima debe ser fuerte y responder de manera más contundente para salir de esta situación. La realidad es que aquellos que sufren acoso no pueden enfrentarlo solos y su fortaleza no se construye quedándose aislados.
“El bullying no tiene como causa la condición física, la belleza, el origen, la orientación sexual, entre otras cosas. Estas son excusas que utilizan quienes no saben qué hacer con su odio. Las causas del bullying tienen que ver con la injusticia, la falta de oportunidades, los celos, la envidia, la rivalidad, la competencia y la discriminación”, señala María Zysman, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, Aula Abierta y la Asociación Libres de Bullying-.
Análisis de los factores subyacentes
Más allá de etiquetar a las personas involucradas como "víctimas" o "agresores", es esencial analizar los factores subyacentes que contribuyen al bullying. El desequilibrio de poder y la formación de jerarquías son elementos centrales en esta dinámica perniciosa. El entorno social también desempeña un papel importante en alimentar el bullying en las instituciones educativas.
Responsabilidades compartidas
Es fundamental comprender que el bullying no es generado por la escuela o los programas de enseñanza en sí, sino que es el resultado de una combinación de diferentes características y circunstancias. Si bien es ilusorio esperar una escuela completamente "libre de bullying", es esencial estar atentos y abordar la problemática de manera proactiva cuando se manifiesta. Toda la comunidad educativa tiene una responsabilidad compartida en la creación de entornos seguros y libres de violencia para todos los estudiantes. “Es necesario generar múltiples ideas y perspectivas para construir una sociedad más inclusiva, amorosa y para reducir la crueldad”, asegura María Zysman.
El papel del espectador
No se debe subestimar el papel de los espectadores en el bullying. El silencio o la complicidad de los observadores pueden contribuir a mantener la situación de hostigamiento y prolongar el sufrimiento de las víctimas. Abordar el bullying implica generar empatía en los espectadores y enseñarles acciones concretas que puedan tomar para ayudar a quienes son acosados. “El desafío sigue siendo encontrar un punto medio en donde se pueden distinguir las situaciones que son realmente de bullying y aquellas que se relacionan con otras formas de violencia”, agrega la Licenciada en Psicopedagogía y docente de la Diplomatura en Mediación y Convivencia Escolar.
Detección temprana y diferenciación
Es fundamental diferenciar entre situaciones aisladas y el bullying sostenido en el tiempo. Esto permitirá establecer estrategias más efectivas para intervenir y prevenir daños mayores. Los padres y los docentes deben estar atentos a las señales de alerta, como la falta de participación, el aislamiento, el llanto frecuente y los cambios en el comportamiento de los niños.
El papel de los adultos
Los adultos, ya sean docentes, familiares o responsables, tienen un papel fundamental en detectar y abordar el bullying. Es importante comunicarse con las palabras adecuadas y brindar apoyo a los niños que sufren acoso. Los adultos también deben reflexionar sobre sus actitudes y comportamientos, ya que los niños aprenden conductas de violencia y falta de respeto desde su entorno.
Protección en línea
El bullying también puede ocurrir en el mundo digital, por lo que es esencial que los padres protejan a sus hijos en línea. Los padres deben estar presentes y guiar a sus hijos en el uso de las redes sociales, enseñándoles a identificar situaciones y contenidos perjudiciales. La presencia de adultos en la vida de los niños y adolescentes es cada vez más necesaria.