Una sucursal bancaria ubicada en la zona Sudoeste de Rosario fue atacada a tiros en la tarde de este martes. Los sicarios eran dos, se desplazaban en una moto y dejaron una nota intimidatoria que decía: “Pullaro, no te metas con el pabellón 9. Así como matamos a un policía, vamos a matar a tu familia”.
El cartel, aparentemente, tendría relación con la reubicación de reclusos de alto perfil que tuvo lugar este mismo martes por la mañana en las cárceles santafesinas. El caso es investigado por la fiscal Noelía Navone, de turno en la unidad de Flagrancia.
El atentado ocurrió en la esquina de Saavedra y Ovidio Lagos. De acuerdo al aporte de datos brindados por testigos, uno de los ocupantes de la moto estaba a cara descubierta y otro con el casco puesto. El que iba como acompañante se bajó, arrojó una bolsa ecológica que contenía el cartel, antes de irse le pidió a todos los presentes que se corran y realizó cuatro disparos contra el frente del local.
Al momento del ataque había cuatro personas en el sector de cajeros automáticos del banco Macro, y tres clientes haciendo fila en la calle. Todos los tiros dieron a la altura promedio de los hombros: la gente, afortunadamente, logró resguardarse. Los gatilleros manejaron a contramano por Saavedra y por esa misma calle se dieron a la fuga.
Peritos forenses incautaron cuatro vainas servidas calibre .40, de acuerdo a las primeras informaciones. Además, personal de la Policía de Investigaciones llevó a cabo tareas de fotografía, balística y planimetría.
Los agentes encontraron en la zona una cámara de videovigilancia que podría haber captado a los sicarios. Dichas imágenes podrían ser relevantes, dado que testigos indicaron que uno de los sospechosos actuó a cara descubierta.
Una mujer que estaba cuando tuvo lugar el atentado tuvo que recibir asistencia médica del personal de una ambulancia del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias, ya que se encontraba en estado de nerviosismo.
La amenaza
El contenido de la nota que dejaron los sicarios en la sucursal estaba directamente apuntada al gobernador Pullaro y todos especulaban este martes que guardería vinculación la “restitución de los pabellones de alto perfil para jefes narcos y sicarios” en la Unidad Penitenciaria 11 de Piñero y la suspensión del ingreso de alimentos a las cárceles por parte de familiares.
La reubicación de presos estuvo motivada, según la explicación brindada desde un comunicado enviado desde Gobernación, para aquellos que cometieron un delito considerado grave estando en prisión, quienes de ahora en adelante mantendrán comunicación con sus visitas (familiares y abogados) a través de un blíndex de la unidad penitenciaria.
A los reclusos de alto perfil también se les hará un monitoreo durante las 24 horas y estarán en sectores del edificio donde funcionan los inhibidores de señal. Por último, suspendió el ingreso de alimentos para esos internos, algo que años atrás ya motivó presentaciones judiciales, puesto que algunos internos afirman que no comen la comida de la cárcel por temor a que sean envenenados.
“El objetivo es que desde los penales no se cometan delitos; esto significa que si ese preso cometió un delito grave desde la cárcel, va a hablar con sus familiares y abogados a través de un blindex y va a estar monitoreado las 24 horas”, indicó el primer mandatario santafesino.
De acuerdo a las investigaciones judiciales del Ministerio Público de la Acusación (MPA) se repiten los delitos como extorsiones, pero también instigación de asesinatos ordenados desde las unidades penitenciarias de la provincia, especialmente desde la cárcel en Piñero.