En diálogo con Cazador de Noticias, el dirigente del Partido Socialista Auténtico de Mar del Plata – Batán, Pablo Aceto, planteó que “la ley Ómnibus enviada al Congreso por el presidente Milei implica la aprobación del DNU, que por vía del decretazo fracasaría dada su inconstitucionalidad, y presenta un conjunto de leyes, que buscan privatizar aquello que no está dando pérdidas como el Banco Nación, que este año ha registrado ganancias por 700 mil millones de pesos, la venta de las acciones de YPF, que en el último trimestre reportó ganancias por 3.000 millones de dólares así como la privatización de Aerolíneas Argentinas que cierra con ganancias de 34 millones este año. Es decir que está hecha a la medida de los intereses de quienes buscan hacer negocios privados con el Banco Nación, con YPF y con Aerolíneas Argentinas”.
Acto seguido, recalcó que “sin traidores no hay superpoderes porque, sin duda, está ley tiene grandes problemas para su aprobación dado que los representantes legislativos del Ejecutivo representan la tercera minoría, pero la principal oposición a este gobierno no muestra realmente mucha energía como para enfrentar este paquete de leyes, y tenemos una burocracia sindical, que en Mar del Plata se ha dedicado nada más que a defender los intereses de petroleras extranjeras, y a nivel nacional, completamente inmovilizada durante la época de Macri y de Fernández, ahora lanzó una tibia movilización, con la presentación de un amparo que fue rechazado porque fue mal efectuado y menos mal que hay otros once amparos que se hicieron bien”.
En tal sentido, remarcó que “el tema de los traidores ha marcado la historia argentina y especialmente en el campo nacional y popular porque de ahí salen los traidores, cabe recordar la película del desaparecido periodista y cineasta Raymundo Gleyzer, que cuenta la historia de cómo se corrompe y traiciona a su clase un delegado sindical peronista de la UOM, que recuerda mucho a Augusto Timoteo Vandor, dirigente de la UOM y la CGT, que hoy reivindican tanto Hugo Moyano como Antonio Caló”.
Sostuvo, además, que “la desconfianza y la movilización de los sectores populares tienen que ver más cómo presión a los propios que a los ajenos porque los discursos están reclamando la participación de las organizaciones de los trabajadores y la acción de las fuerzas políticas que se supone que son opositoras, en un contexto en el que se vuelve a reeditar el proyecto neoliberal de los ´90, con mayor virulencia porque incluso se animan a cuestiones que ni Menem ni la última Dictadura Militar se atrevieron a llevar adelante”.
Asimismo, puntualizó que “llama la atención que Flavia Royón, ex secretaria de Energía durante la presidencia de Alberto Fernández haya actuado junto al actual secretario de Energía para el financiamiento externo de la recuperación de las centrales hidroeléctricas a fin de privatizarlas, y que hoy sea secretaria de Minería del gobierno de Milei”.
Advirtió que “sí se aprueba este conjunto de leyes, que plantean superpoderes para el presidente, el Congreso Nacional estaría delegando en el Poder Ejecutivo la posibilidad de endeudamiento externo, que es una institución que depende exclusivamente de las cámaras legislativas. Lo cual es preocupante porque algo así pasó en Perú con Fujimori, quien ganó el balotaje y también tenía muy pocos legisladores hasta que directamente clausura el Congreso”.
“La ley Ómnibus, que ratifica el DNU que desregula la economía, implica una clausura del Congreso con la que se busca un golpe de estado y hay que ver cuáles qué posturas asumirán las organizaciones de los trabajadores y las fuerzas políticas que se supone que son opositoras en las cámaras legislativas, porque no sea cosa que repitan aquel guión de la película ´Los Traidores´”, concluyó.