En un contexto de saqueos, toma de rehenes y clima de violencia generalizada, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declaró este martes el estado de “conflicto armado interno” y ordenó a las Fuerzas Armadas “ejecutar operaciones militares para neutralizar” el accionar de una veintena de bandas criminales.
Ecuador se encuentra inmerso en una dramática situación al sufrir una serie de ataques a cargo del crimen organizado, lo que desencadenó en una ola de violencia y caos en distintos puntos de la ciudad de Guayaquil. Un grupo de delincuentes ingresó con armas a un estudio de televisión, a la vez que hay denuncias por secuestros en universidades y ataques en centros comerciales.
Desde hace dos días el país sudamericano vive noches de terror. Siete policías fueron secuestrados en medio del estado de excepción ordenado por el gobierno el lunes ante un estallido de violencia ligado al narcotráfico.
Cómo comenzó la violencia
La fuga de una cárcel de Adolfo Macías, alias “Fito”, jefe de la principal banda criminal conocida como Los Choneros, detonó la crisis el domingo. Este martes, las autoridades informaron de la huída de otro líder narco: Fabricio Colón Pico, uno de los dirigentes de Los Lobos, detenido el viernes por su presunta responsabilidad en un plan para asesinar a la fiscal general.
Según autoridades, siete policías fueron secuestrados en Machala (suroeste), Quito y en la Provincia de Los Ríos (suroeste). También se registraron explosiones contra una estación policial, la vivienda del presidente de la Corte Nacional y vehículos incendiados. No hay reportes de muertos ni heridos.
Noboa, de 36 años, es el presidente más joven de Ecuador y que llegó al poder con la promesa de atacar con mano dura a los grupos narcos, vinculados a carteles colombianos y mexicanos.