El código penal argentino en su art. 172 dice “Será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que defraudare a otro…. valiéndose de cualquier… ardid o engaño” . Y aclarando porque oscurece, agregamos que la estafa es un delito patrimonial en el que se emplea un engaño para provocar un error en la víctima que le lleva a realizar un acto de disposición patrimonial en perjuicio de sí mismo o de un tercero.
Ahora bien, ¿es una exageración hablar de estafa cuando nos referimos al valor actual del boleto de colectivo y lo que pasa con el servicio todos los días? ¿O también hablar de estafa o por lo menos tentativa, cuando vemos el pedido de aumento de los empresarios con el estudio de costos que acompañan y el Concejo Deliberante trata sin ninguna observación? O más aún, ¿un estudio de costos insostenible por los datos que les dan sustento y que justificaría un aumento desmedido realizado por funcionarios designados por el Intendente?
Cuando alguien engaña a otro y, como consecuencia, obtiene una ventaja en dinero injustamente, podemos hablar de estafa.
Cuando el monopolio del transporte de colectivo, le saca injustamente un monto de dinero todos los días a los usuarios por un servicio no prestado, con el silencio cómplice de funcionarios, la estafa queda configurada y a simple vista con unos cuantos responsables.
24 concejales, un mínimo de 10 asesores por cada uno, nos lleva a que por lo menos habrían 264 personas que podrían abocarse a analizar cómo se llega a un costo de boleto, a todas luces injusto y hasta nos permitimos decir ofensivo para el usuario indefenso y rehén de varios victimarios, por acción u omisión.
No hablamos de apreciaciones, de si “el servicio funciona bien o regular o mal”, o de si “los colectivos están sucios o más o menos limpios” o si “los choferes son irrespetuosos”, el boleto de colectivo aumenta por una suma de datos que representan: cantidad de usuarios que pagan el boleto, cantidad de frecuencias cumplidas por los colectivos, cantidad de litros de gasoil utilizado, cantidad de choferes necesarios para cubrir todas las frecuencias, cantidad de colectivos que recorren la ciudad para cumplir con las frecuencias y recorridos, costo de los neumáticos para la totalidad de los colectivos, entre otros datos significativos.
Ahora bien: si se miente en la cantidad de usuarios que pagan el boleto, si se miente en la cantidad de kilómetros recorridos, si se miente en la cantidad de choferes que existen para cumplir con las supuestas frecuencias, si se miente en el valor de los neumáticos, el código penal dice ardid o engaño para obtener ventaja económica de otro, nosotros decimos que son mentiras, para estafar al usuario.
El boleto más caro de la Argentina, que es el de Mar del Plata-Batán, se sustenta en mentiras y seguirá siendo así, si el Intendente convalida y suscribe un nuevo aumento de boleto, sin decir claramente cuál es el servicio de transporte de colectivo que deben recibir los usuarios.
El tratamiento de la Nota Particular 5-2024, con el pedido de aumento de CAMETAP, va recién por el primer capítulo. Continúa la semana que viene en la Comisión de Movilidad Urbana.
(Gentileza de Roberto Latino Rodríguez)