Este jueves, se realizó en el recinto de sesiones del Concejo Deliberante la entrega del título “Ciudadano Ilustre” al empresario hotelero y de medios, Florencio Aldrey, “por su destacada contribución al desarrollo integral y crecimiento sostenible de la ciudad de Mar del Plata y del Partido”.
El reconocimiento fue impulsado por ediles radicales Daniel Nuñez, Gustavo Pujato y Ricardo Liceaga Viñas, y obtuvo el aval de todos los miembros de los distintos bloques. La celeridad en el tratamiento y la aprobación del expediente en cuestión marcó un hito histórico en los anales del HCD, donde las tres fuerzas políticas representadas lograron superar la grieta y diluir transitoriamente los disensos interpartidarios, lo cual constituye un mérito aparte del Ciudadano Ilustre, cuyos calcetines posiblemente hayan terminado humedecidos ante el reconocimiento unánime del Cuerpo Deliberativo y los cumplidos y halagos ofrecidos por sus aduladores.
Minutos antes de la entrega formal de la distinción, escoltado por el intendente Guillermo Montenegro y la Presidenta del HCD, Marina Sánchez Herrero, Florencio Aldrey escuchó las salutaciones y los audios que -entre otros- le hicieron llegar el Presidente Javier Milei, el expresidente y empresario Mauricio Macri y los cantantes Julio Iglesias y Diango.
En primera fila, lo acompañaron el secretario de Turismo, Deportes y Medio Ambiente de la Nación, Daniel Scioli; el senador nacional Maximiliano Abad y uno de los máximos exponentes radicales, fundador de la alianza Cambiemos, Ernesto Sanz.
Al pronunciar su discurso, el homenajeado honró especialmente a su madre que -como dijo- “me parió sano, trabajador e inteligente”, e intentó un breve resumen de lo que fue su historia, definiéndola como la de un hombre “que hizo un culto del esfuerzo y el trabajo”, desde sus inicios en la década del ´50 como empleado en la tienda San Miguel y simultáneamente los fines de semana como mozo en el Club Comunicaciones, escalando hasta hacerse cargo del buffet, confitería y restaurante del Club Municipalidad, sucediéndose las concesiones de distintos clubes hasta que después de 1970, se produce su “enamoramiento con Mar del Plata”, donde llegaría a convertirse en propietario del Hotel Hermitage, en inversor y a la vez en rescatista, poniéndose al frente del diario La Capital de Mar del Plata, “en los albores de la democracia, cuando corría peligro de cierre por su delicada situación económica y financiera”.
Asimismo, enumeró entre sus logros la puesta en valor del Teatro Avenida, el sostenimiento del Festival Internacional de Cine y la edificación del Paseo Aldrey, en el predio de la ex terminal.
Recordó que “cuando la ciudad cumplió 100 años fui reconocido por decenas de familias fundadoras de Mar del Plata con un diploma que aún atesoro. Cuando nuestra querida ciudad cumple 150 años, recibo con total orgullo esta distinción de ciudadano ilustre. Les aseguro que seguiré trabajando y soñando por el crecimiento de la ciudad”.
Y finalizó su alocución, confesando que “por nada del mundo quiero quedarme sin un nuevo reconocimiento para cuando Mar del Plata celebre sus 200 años”.