El pliego del candidato a embajador argentino en Israel, el rabino Axel Wahnish, no logró las firmas necesarias y quedó trabado en la Comisión de Acuerdos del Senado, tras un duro contrapunto con el senador y presidente de la UCR, Martín Lousteau, por el posible traslado de la representación diplomática de Tel Aviv a Jerusalén y su posible impacto en el reclamo histórico al Reino Unido por la soberanía de Malvinas.
En la comisión que preside Guadalupe Tagliaferri (Pro), se firmaron cinco de los seis embajadores políticos que había propuesto Milei. Sólo el de Israel quedó ayer sin los avales porque la reserva que manifestó Lousteau le restó la mayoría al bloque de La Libertad Avanza y sus aliados.
Todo se precipitó cuando le preguntaron al postulante a embajador por la consecuencia que tendría para el litigio territorial de Argentina por las islas del Atlántico Sur. “La mudanza es una decisión de nuestro señor Presidente en materia de política exterior. Lo viene anunciando por lo menos hace un año, fue una de sus promesas y también dentro de su campaña. Es verdad que hay un montón de variables y toda decisión incluye variables secundarias que generan impactos. Estoy seguro que, cuando tomó esta decisión, fue asesorado por expertos y tuvo en cuenta todos los pros y contras”, respondió Axel Wahnish.
Según Wahnish, “esta mudanza no tiene que ser vista en deterioro de relaciones con otros países”, y conjeturó: “Todo lo teórico necesita un brazo ejecutor y, entre teoría y hechos, hay que evaluar un montón de factores. La declaración de voluntad ya fue expresada. ¿Cómo se ejecuta? Con paciencia, sabiduría, siendo humilde y escuchando a todos los actores involucrados, para reducir al mínimo los impactos negativos y maximizar los positivos”.
Lousteau le preguntó en varias oportunidades al candidato a embajador si existía un dictamen jurídico del Ministerio de Relaciones Exteriores en relación con el tema. Y sobre todo, si él estaba informado sobre el eventual contenido de este informe. El senador y presidente de la UCR le subrayó que Jerusalén es un territorio en disputa reconocido por Naciones Unidas y que el eventual traslado convalidaría la posición de una de las partes en conflicto.
“La ONU dividió a Jerusalén en dos sectores. Nunca iríamos a poner la embajada en el sector este. Se parte entonces de una premisa errónea y no estaríamos en tierra ocupada, sino en la reconocida por la ONU. Fue el primer tema cuando charlamos con (la canciller, Diana) Mondino”, manifestó Wahnish, que hasta el viernes seguía como el candidato del gobierno a embajador.
Sin embargo, Lousteau insistió con la pregunta de si existía o no el dictamen jurídico o un análisis sobre la consecuencia de esa decisión. Ante las respuestas evasivas del candidato a embajador en Israel, el senador no firmó el dictamen y presentó un proyecto de resolución para pedir informes sobre el tema al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Pedido de informes
Martín Lousteau elevó a la Cámara de Senadores un pedido de informes a la Cancillería “en relación con la voluntad del Presidente de la Nación de mudar la embajada argentina en Israel a la ciudad de Jerusalén manifestado en declaraciones públicas en su viaje a dicho país”.
Entre los puntos solicitados está que se “detalle y justifique desde los aspectos de política exterior argentina, desde el aspecto jurídico al respecto y las sugerencias emanadas por Cancillería, el motivo de la mudanza”. También, que “mencione el impacto ponderado y las posibles consecuencias a tener en cuenta en torno a la trayectoria histórica argentina, y en particular en torno al reclamo nacional sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur”.
“En relación al punto 5 de la Resolución 478 de la Organización de las Naciones Unidas mencione las posibles consecuencias derivadas de esta decisión. Mencione, si es que existe, algún dictamen jurídico de Cancillería respecto a la mudanza de la embajada argentina a Jerusalén. Adjunte información respaldatoria. Especifique la ubicación exacta del nuevo inmueble”. Y que “mencione cuál es el diagnóstico económico-financiero y los costos logísticos que supondría el traslado de la embajada”.
En los fundamentos, Lousteau advirtió que, a su juicio, una medida de este tipo, “en los hechos concretos y ante la mirada de la Comunidad Internacional, generaría un cambio en los lineamientos históricos de política exterior argentina, mostrando una postura distinta y contraria a la llevada a cabo hasta el momento”. Asimismo, “tendría un impacto negativo en el reclamo histórico sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur”.