El peso argentino nominado en monedas de curso legal hace tiempo que vale más por el metal que compone las monedas que como medio de pago debido a la elevada inflación que sufre nuestra economía. Y como el alza de los precios continúa en tendencia ascendente, la de mayor denominación, la de 10 pesos, no alcanza ni para comprar un caramelo.
Como reflejan los datos del INDEC, sólo en noviembre los precios aumentaron un 12,8% respecto del mes anterior y redondearían más de un 220% en todo 2023.
Así, la exacerbada inflación que padece nuestra economía se comió a todas sus monedas. Las bajas denominaciones, en un contexto de altísimos niveles de suba de precios, las vuelve prácticamente obsoletas y son cada vez menos utilizadas por las personas para las transacciones habituales de la vida cotidiana y adquieren otro tipo de usos de manera informal.
Ante esta situación, se ha hecho viral un video en el que se puede ver cómo un hombre desmonta una moneda de dos pesos para obtener el anillo que rodea a la parte central que, tal y como asegura el protagonista, se compra en estos momentos por un valor muy superior al nominal de 2 pesos. Lo que ocurre es que, en definitiva, “vale más por metal que por lo que vale la moneda”.
La moneda argentina de menor denominación es la de 1 centavo. Sigue siendo de curso legal según la normativa del Banco Central, aunque son muy poco frecuentes debido a su inutilidad por su bajísimo valor. En orden ascendente, le siguen las de 5, 10, 25 y 50 centavos. Luego, las de 1, 2, 5 y 10 pesos.
Al cierre del año pasado, según datos del Central, había un total de 9.738 millones de unidades de monedas y en los últimos cuatro años el número se mantuvo casi sin variación. El stock más chico lo tiene, curiosamente, la moneda de mayor denominación ($ 10), que cuenta con un total de 199,8 millones de unidades en circulación.
El stock más grande lo tiene la moneda de 10 centavos, que cuenta con 2.713,4 millones de unidades. Le siguen las de 1 peso (1.964,3 millones), 5 centavos (1.272,5 millones), 2 pesos (1.025,1 millones), 25 centavos (1.008,7 millones), 50 centavos (747,5 millones), 1 centavo (406,3 millones), 5 pesos (401 millones) y 10 pesos (199,8 millones).
La moneda de mayor denominación, de 10 pesos, de forma individual, no alcanza para pagar ningún producto o servicio. En una transacción, en caso de utilizarse, cuando no se opta por redondear, su función se limita a acompañar a más monedas y/o billetes para completar un monto.
La de 10 pesos fue creada y puesta en circulación por el Banco Central a finales de 2018. La pérdida del poder adquisitivo que ha sufrido esta y el resto de las monedas y billetes argentinos se refleja en una inflación acumulada desde entonces de alrededor del 1.800% (nivel general, según la estadística oficial).
Medido en la divisa estadounidense, en base a las cotizaciones paralelas, la moneda argentina de mayor denominación representa poco menos de 1 centavo de dólar. Esta denominación es, precisamente, la menor entre todas las monedas circulantes que emite la Reserva Federal de Estados Unidos.
Según Central de Fondos, el mercado de monedas se divide en dos grupos principales: por un lado, las monedas doradas de 50 y 25 centavos (que están acuñadas en cobre, pesan casi 6 gramos y pueden vender por varias veces más que su valor) y las monedas bimetálicas de 1 y 2 pesos (hechas prácticamente en su totalidad de cobre, pueden ser vendidas también mucho más de su valor).
La fundición de monedas como consecuencia de la inflación, aunque poco extendida, es hoy una realidad. “Hoy sucede eso, pero no a gran escala, y es debido a la inflación”, destacan.
Asimismo, señalan que en 2018 se decidió cambiar la composición de las monedas precisamente para evitar prácticas como estas y para asegurarse de que “el valor del metal fuera más bajo al valor económico”, aunque “tres años después, la inflación dejó en el camino esa idea”.
Esta nueva línea de monedas es la conocida como la línea ‘Árboles’ de 1, 2, 5 y 10 pesos, que ya no son de cobre, sino de acero, de menor peso y, también, menos valiosas. “Con esas características, no son tentadoras para los reducidores”, concluyen.
Al respecto, Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, afirma que las monedas argentinas actuales ya no tienen ningún valor porque la nominalidad quedó desfasada de la economía. Como ejemplo, señala que las monedas de mayor denominación ($ 10) ya no alcanzan “ni para comprar un caramelo”.
Por ello, sostiene, el Banco Central debería emitir monedas de mayor denominación para que retomen su función. Considera que con la inflación por la que atraviesa la economía argentina ya debería haber monedas de $ 100, pero “el costo de acuñarlas es más elevado que su valor nominal”.
“Están circulando pocas y con muchas de ellas se está haciendo algo que está prohibido, pero se termina haciendo porque el valor real del metal es superior a la nominalidad de la propia moneda. Entonces, están circulando mucho más por el valor del metal que como valor real del circulante monetario”, destaca.
El uso alternativo que han adquirido las monedas en los últimos años es la venta de las mismas, ya que valen más por sus componentes. De manera informal, negocios vinculados con la metalurgia las compran por montos nominales muy superiores a las de las mimas monedas. El objetivo es fundirlas para aprovechar el valor de los metales, según revela El Cronista.
Los interesados en los minerales las compran tanto por unidad como por grandes cantidades. Cuando se trata de muchas unidades, las contabilizan por kilo y en base a ello fijan un precio. En plataformas digitales como Mercado Libre hay publicaciones de compradores ofreciendo entre 400 y 2.800 pesos por el kilo de monedas actuales.
Las monedas argentinas en circulación están compuestas principalmente por cobre, aluminio y níquel. En el caso del cobre, uno de los minerales más frecuentes en estas monedas (muchas de ellas están compuestas total o parcialmente por este elemento) los fundidores pagan entre 4.500 y 5.500 pesos por kilo.
Posiblemente, cuando salgan de circulación, estas monedas adquieran mayor valor entre los coleccionistas por su referencia histórica.
La de 10 pesos fue creada y puesta en circulación por el Banco Central a finales de 2018
La moneda de 10 centavos cuenta con un stock de 2.713,4 millones de unidades