Según el relevamiento de precios de los 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos (CBA), que realizan mensualmente desde el ISEPCI en negocios de cercanía de los barrios populares de Mar del Plata y Batán, una familia de dos adultos y dos hijos pequeños que en noviembre del año pasado necesitaba para adquirir sus alimentos básicos $167.313, en marzo, precisó para cubrir los mismos alimentos $288.818. La CBA subió un 72,6% durante el primer cuatrimestre del actual gobierno.
Los valores de la Canasta Básica Total (CBT), que además de los alimentos considera un conjunto de productos que son igualmente indispensables para la vida cotidiana (salud, educación, transporte, tarifas del hogar) de la misma familia de cuatro integrantes que en noviembre necesitaba $359.724, en marzo pasado requirió $618.072, o sea que se incrementó en un 71,8%.
Analizando la evolución de los precios desde el comienzo de la gestión de Javier Milei, los productos de almacén que más aumentaron fueron: la polenta (110% acumulado), la leche (108% acumulado), el yogurt (107% acumulado) y el café (153% acumulado).
Dentro del rubro verdulería, lo que más subió fue la acelga (233%), cebolla (125%), lechuga (167%). Y en el rubro de carnes, todos los cortes vacunos con incrementos acumulados en el orden de un 70%, siendo el más significativo el incremento en el pollo que registró un aumento del 92%.
Dentro del conjunto de productos de higiene y limpieza que también releva el Isepci en forma mensual en Mar del Plata y Batán, se destacaron los incrementos de los últimos meses registrados por varios productos, que rompen la barrera del 100% de aumento: la pasta dental registró un aumento acumulado de 176%, la lavandina 146%, papel higiénico 143%, los pañales un 115%, mientras que el shampoo y el acondicionador escalaron a un 122% de aumento acumulado.
Rodrigo Blanco, director del Isepci, afirmó que, “a la vez que los precios de los bienes y de los servicios básicos indispensables para la vida cotidiana no dejan de subir, el gobierno pone límites a los aumentos salariales que se acuerdan en las paritarias –contradiciendo su discurso sobre el respeto irrestricto a las decisiones de los acuerdos entre las partes en el mercado- y trata de imponer en el parlamento el regreso del impuesto a las ganancias, con topes que dejan a la mayoría de los asalariados al borde la línea de pobreza”.