De acuerdo a un relevamiento elaborado por la consultora Scentia, la caída del consumo en mayo fue del 10,5% en las cadenas de supermercados y de 9,5% en los autoservicios. De esta manera, la contracción general acumulada en los primeros cinco meses del año ronda el 8%.
Con las políticas de ajuste del gobierno libertario, ahora la recesión no discrimina y, aunque en distinta medida, el impacto se siente en todos los comercios.
La categoría más afectada por el nuevo derrumbe en el consumo es la de alimentos perecederos, que tuvo una merma del 20,5% interanual. De cerca le siguieron las bebidas, que tuvieron un retroceso del 19,1% interanual en su variante con alcohol, mientras que las sin alcohol se derrumbaron 18,3%.
Los productos de higiene y cosmética, limpieza y los impulsivos, entre los que están las golosinas, registraron una disminución en sus ventas de entre 12 y 14%. Lo que menos cayó fueron los alimentos de desayuno y merienda (-6,5%), y el rubro alimentación en general (-1,2%), que incluye a los productos más básicos.