Del reporte preliminar de la autopsia que el Cuerpo Médico Forense de la Policía Científica le extendió al fiscal de la causa Fernando Berlingeri, surge que Rocío Fernández, la mujer de 27 años cuyo cadáver apareció dentro de un freezer en la mañana de este miércoles, sufrió lesiones en el cuello y en la cabeza por un ataque sufrido entre la tarde del domingo y la del lunes.
El severo traumatismo en el cráneo, tal como había surgido inicialmente en la primera observación hecha en el lugar asesinato, podría obedecer a una golpiza propinada con algún objeto o bien contra una pared o el piso.
La fractura en el hueso hioides, en cambio, podría inducir a pensar que el asesino hizo una maniobra de estrangulamiento o una compresión letal sobre el cuello de la víctima.
Otro tipo de lesiones pudieron observarse durante la autopsia realizada pero que no fueron determinantes en el deceso.
Respecto a la data de la muerte se estableció una ventana que va desde la tarde del domingo hasta la del lunes. Este dato tiene relevancia para el fiscal Berlingeri por dos razones: por un lado permitirá reconstruir cronológicamente los sucesos para el caso en que se recuperen teléfonos y se coteje con testigos o un posible descargo de quien sea el imputado. Por otro lado, determina que el expediente quedará bajo su órbita, en la UFI N°4.
Cabe recordar que Rocío Fernández se fue de su casa de Vernet y Güiraldes en la madrugada del sábado y tras encontrarse con un amigo se dirigió en un taxi hasta un sector del Puerto. Luego de eso no se supo más de su paradero, aunque ella se encargó de enviarle a un conocido la ubicación de Grecia y Libertad avisando que iba a estar ahí.
Este dato recién lo entregó ese conocido a la investigación en la tarde-noche del martes, lo que impidió una búsqueda más presurosa tras la denuncia del lunes realizada por la familia.
El cuerpo de Fernández fue hallado dentro de la casa de Grecia al 1000 en el interior de un freezer y el dueño de esa vivienda, un hombre de 56 años, escapó y es el principal sospechoso.