En medio de la crisis económica que afecta al país, la industria pesquera argentina atraviesa su peor momento en los últimos 10 años. Según un informe del Observatorio Económico de la Cámara de Flota Amarilla de Chubut, en el 2024 sufrieron las mayores pérdidas económicas de la última década. La provincia, al igual que Río Negro y Santa Cruz, decretó estado de emergencia y Buenos Aires va en el mismo camino.
Desde el Observatorio Económico de la Cámara de Flota Amarilla de Chubut (CAFACH) expresaron que estación se debe a la ", el dólar “blend” o dólar “exportación” (que se compone en un 80% por el dólar oficial y un 20% por el dólar contado con liquidación) tuvo una variación en el primer semestre del año del 19,68%, mientras que la inflación para el mismo periodo fue, en general, de 79,8%".
Sumado a los elevados costos internos, la crisis del mercado mundial, como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, el descenso de la demanda, caída de precios, entre otros. Lo que generó una “pérdida de la competitividad para la industria pesquera de nuestro país mayor al 50% en solo 6 meses, circunstancia que no se registraba desde el año 2014”.
Gustavo González, Presidente de la CAFACH, alertó sobre la crítica situación en las provincias “Río Negro, Chubut y Santa Cruz ya han decretado su estado de emergencia pesquera y que Buenos Aires va en el mismo camino” a lo que se lo atribuyó como “desatención del Gobierno Nacional durante el último semestre”.
Frente a esta situación la organización “volvió a exigir la inmediata intervención del Estado Nacional para paliar la situación, para lo cual insiste en reclamar la urgente suspensión por un período mínimo de 180 días de los Derechos de Exportación para las posiciones arancelarias correspondientes a todos los productos pesqueros”.
Para esto consideran que es fundamental incentivar “el desarrollo de la producción y el agregado de valor nacional, además de impulsar las ventas a mercados extranjeros y elevar significativamente los ingresos de toda la industria acuícola”.
Por lo que remarcaron que “la producción nacional atraviesa un estadío decreciente que redundará en una destrucción industrial si no se toman las medidas planteadas con urgencia” por lo que “la pérdida de más del 50% en la competitividad, se traduce a diario en enormes dificultades para sostener la estructura de costos internos, lo cual termina generando graves fricciones con los sindicatos y sus consecuentes dificultades para mantener la paz social y celebrar los acuerdos paritarios”.