Tras la remisión por parte del Ejecutivo al Concejo Deliberante de dos proyectos de ordenanza para otorgar excepciones y autorizar la construcción de edificios en inmuebles declarados de interés patrimonial a cambio de que los desarrolladores realicen obras en espacios públicos, el ex presidente del Ente de Cultura, Nino Ramella, formuló duros cuestionamientos.
“Las excepciones están pensadas para aquello que no se previó en algún momento y que la excepción viene a cuento para mejorar las condiciones del espacio público, pero acá las excepciones se dan solamente para alimentar la especulación inmobiliaria, para lograr que personas destruyendo el paisaje y el espacio público puedan ganar dinero y eso es lo que finalmente ocurre”, sostuvo Ramella en declaraciones al programa Propuesta Joven por la FM 90.5.
Acto seguido, fustigó que “han inventado algo que a mí me parece casi una obscenidad, algo así como una coima legal que es que el desarrollador, o sea la empresa constructora, sí se aviene a poner un ´dinerito´ - y la palabra dinerito no es caprichosa en este caso - para arreglar una plaza o como en este caso, para poner baldosas en la costa, entonces se le liberan las alturas. Eso es vergonzoso, es incomparable el gasto que puede haber para arreglar baldosas en una vereda, cosa que debería hacer la Municipalidad con la liberación de alturas, con lo que implica como impacto ambiental: la generación de vientos, la proyección de sombras en manzanas y manzanas”.
Recalcó, además, que “estamos hablando de algo que no tiene solución. Ese daño que estamos haciendo a la ciudad es por generaciones y generaciones. Sin embargo, hay una pasividad enorme y una falta de reacción. La preservación patrimonial tiene que ser una defensa del conjunto social, pero hay un protagonista que es innegable y es el Estado”.
Finalmente, enfatizó que “este sistema diabólico de las compensaciones no es otra cosa que poner a la venta las excepciones, y es falaz el argumento que se esgrime para justificar las excepciones a las normas urbanísticas, aduciendo que ´no se pueden frenar las inversiones en la ciudad y no se puede cortar las fuentes de trabajo´, porque el mundo entero tiene códigos de ordenamiento territorial y hay desarrollo urbano. Entonces, lo que hay que hacer es pensar estratégicamente sin arruinar la ciudad”.