A través del Decreto 765/2024, el Gobierno Nacional modificó la normativa que regula la propiedad intelectual en Argentina. La misma, protege el derecho de autor sobre las distintas expresiones artísticas y culturales.
La ley asegura que los autores de obras literarias, musicales, dramáticas y cinematográficas, entre otras, tengan el control sobre el uso de sus creaciones, permitiéndoles autorizar o prohibir la reproducción, distribución y ejecución pública de las mismas.
Sin embargo, actualmente existen distintas formas de consumir ese tipo de contenidos, por lo que el Gobierno tomó la decisión de actualizar y redefinir la norma.
El objetivo de actualizar la ejecución pública de obras artísticas
La modificación en la normativa tiene que ver con reflejar la realidad que se vive actualmente. Ahora, el acceso a obras artísticas y culturales cambió y la tecnología permite un mayor acceso a ellas.
Por esa razón, el objetivo es actualizar el término “ejecución pública” y reconocer los nuevos medios por los que las obras pueden ser difundidas y consumidas. Al mismo tiempo, se garantiza que los derechos de los autores sean compensados.
Modificaciones en la ley de la propiedad intelectual
El Decreto N° 41.223/34, que regula la Ley N° 11.723, experimentó dos cambios clave. Por un lado, el nuevo artículo 33 establece que la ejecución pública es “aquella que se efectúe -cualquiera que fueren los fines de la misma- en un espacio de acceso público, libre y dirigido a una pluralidad de personas”.
Esto influye en las ejecuciones realizadas en vivo por artistas, como las que se realizan a través de medios mecánicos, electrónicos o digitales.
Según detalló el ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación Argentina, Federico Sturzenegger, detalló a través de X que la reproducción de contenidos en el ámbito privado de la actividad hotelera y turística específicamente serán excluidas de las ejecuciones.
Por otro lado, se modificó el artículo 35, que ahora indica: “Las obras musicales, las obras cinematográficas y los fonogramas no podrán ser objeto de ejecución pública ni transmitidos o retransmitidos por cualquier medio, sin autorización expresa de los titulares de sus derechos, sus derechohabientes, representantes o las sociedades de gestión colectiva que los representen”.
Además, cualquier persona que obtenga una recompensa económica por la ejecución pública de una obra, debe darles una compensación a los titulares de los derechos. De todas formas, se aclara que, cuando las obras se utilicen con fines didácticos en establecimientos educativos o durante conmemoraciones patrióticas, no será necesario abonar la compensación.