El empleo informal aumentó en la Argentina de manera permanente durante los últimos cuatro años elevando el número de trabajadores no registrados a 568.000, cerca de un tercio más que el formal que alcanzó los 363.000 en el ámbito privado.
Así lo reveló un informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) que señala que por cada puesto de trabajo formal que se creó, se sumaron 1,5 informales, cifra que demuestra una clara tendencia a la precarización laboral.
Esto se traduce en una notoria pérdida de beneficios para los trabajadores, como seguridad social y aportes para una futura jubilación, y una incidencia directa en la economía.
A esto se le suma la suba considerable del desempleo, que se ubica actualmente en el 7,7%, además del aumento de la pobreza, que superó ya el 50%, y dejó a casi el 35% de los trabajadores por debajo de esa línea.
La situación local va en concordancia con lo que ocurre en América Latina: la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que aproximadamente el 50% de los trabajadores se encuentran en la informalidad, especialmente aquellos sectores más vulnerables, como mujeres y jóvenes.
Los sectores más afectados por la informalidad
El servicio doméstico es de los sectores más golpeados por la informalidad, ya que de los 1.673.000 trabajadores en esta área, el 71,5% no realiza aportes previsionales.
Por otra parte, la industria agrícola también presenta una alta tasa de empleo no registrado, con un 59,2% de sus 853.000 trabajadores en condiciones precarias.
Mientras tanto, el sector de la construcción muestra una situación similar, con el 58,4% de los 946.000 en la informalidad, lo que afecta no solo su estabilidad laboral, sino también los ingresos fiscales del Estado y los beneficios posibles.