La esteticista de Fabiola Yañez, Florencia Aguirre, declaró este martes ante la Justicia que los moretones que tenía la expareja de Alberto Fernández no fueron producto de un tratamiento estético y que su clienta le dijo que el hematoma del ojo se trató de un "golpe involuntario".
Aguirre, testigo propuesta por la querella de Yañez en el marco de la causa por violencia de género contra el ex presidente Alberto Fernández, arribó poco antes de las 10 de este martes a los Tribunales Federales de Retiro para declarar ante el fiscal federal Ramiro González.
En su declaración, la esteticista admitió haber visto moretones a Yañez, pero negó de manera enfática que pudieran haberse producido por sus tratamientos, dado que no utilizan métodos “invasivos”.
La palabra de la esteticista
Yañez y Aguirre se conocen desde el 2016: la esteticista la atendió primero en Puerto Madero y luego en la Quinta de Olivos. “Los tratamientos que le hice no son nada invasivos. Yo no lo tengo permitido porque no soy médica para hacerle ni bótox ni ácido hialurónico. Todo eso lo hace un cirujano o una dermatóloga. Pero en mi caso, ni siquiera aplico eso”, explicó Aguirre en una entrevista con Infobae.
“Yo soy cosmiatra”, aclaró, y continuó: “Siempre tratamientos, peeling. Pero igualmente, en la época de eso (la supuesta violencia), yo no le hice un tratamiento. No se le podía hacer ni siquiera un peeling porque ella estaba empezando con todo lo del tratamiento para quedar embarazada”.
Debido al proceso de fertilización asistida, insistió, “era imposible que ella se pudiera hacer algún tratamiento que le dejara algo, un hematoma por ejemplo, porque ella estaba en pleno tratamiento. Es más, ya lo habíamos hablado anteriormente: no podía usar ácido ni nada que le pudiera hacer mal, y nada que no fuera apto para embarazadas”.
En la entrevista, Aguirre aseguró haber visto el moretón en el ojo. “Cuando le pregunté, me dijo solamente que había sido Alberto sin querer. La verdad es que no le creí”, relató. La esteticista también reconoció haberle visto un moretón en el brazo. “Pero la verdad es que nunca le pregunté del brazo. Mi trabajo era ir, atenderla, y tampoco le estaba indagando sobre lo que pasaba en su vida”, explicó.
Consultada sobre si había presenciado algún acto de violencia, respondió: “Mirá, la última vez que yo estuve, ella estaba hablando por teléfono con él y medio que discutieron. A los cinco minutos, él vino y abrió la puerta bruscamente. Él no sabía que yo estaba ahí y se sorprendió cuando me vio”. En ese sentido, dijo que no le generó sorpresa la denuncia por violencia de género que presentó la ex primera dama. “Es más, apenas salió todo en la tele, al otro día le dije que contara con mi apoyo, que yo sabía por lo que ella había pasado”, señaló.