Durante los primeros siete meses del gobierno de Javier Milei se perdieron más de 182 mil puestos de trabajo formal, en medio de la recesión económica que redujo el poder adquisitivo de los salarios y retrajo el consumo. Así lo detalla el estudio elaborado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) perteneciente a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que detalló que se trata de una disminución del 2% respecto a septiembre de 2023.
El trabajo retoma que en junio 10,14 millones de personas eran trabajadores asalariados registrados en la seguridad social, de acuerdo a los datos sin estacionalidad del Sistema integrado Previsional Argentino (SIPA), incluyendo al empleo asalariado en el sector privado, en el sector público y en casas particulares.
En ese marco, el número de ocupados formales se redujo 0,1% en junio (último dato disponible) con respecto al mes anterior que, en términos absolutos, implicó una caída de alrededor de 12 mil trabajadores.
Un gran porcentaje de esta caída, cerca del 35%, se produjo entre diciembre de 2023 y enero de 2024, cuando se perdieron alrededor de 73 mil posiciones formales asalariadas (baja del 0,7%). Los descensos de los meses siguientes continuaron siendo significativos, aunque con menor intensidad. La contracción fue de 0,3% en marzo, 0,2% en abril y mayo, y 0,1% en junio.
Desde el IIEP destacaron que este retroceso ubica al número de asalariados formales en un valor similar al observado hacia fines de 2022 y es inferior a todos los valores mensuales de 2023. Además, la caída del empleo asalariado formal total en junio fue menos marcada que la observada en el empleo asalariado privado debido a la estabilidad del empleo público y de un leve crecimiento del empleo formal en casas particulares.
Por otra parte, el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) también sufrió un fuerte descenso: desde noviembre de 2023 hasta agosto de 2024 acumuló una caída de 26,5% en términos reales. La tendencia decreciente previa, conjuntamente con la fuerte contracción de estos meses, ubica al salario mínimo entre los valores más bajos desde 1991, a excepción de los primeros años de la convertibilidad y luego de su colapso, en 2002/2003. Asimismo, implica una erosión del 59% respecto del valor máximo de la serie, en septiembre de 2011.