El consumo en supermercados y autoservicios vivió en agosto una caída récord del 17,2% en volumen en comparación con el mismo mes de 2023, según el último informe de la consultora Scentia. Esta cifra marca la contracción más pronunciada no sólo en lo que va de la presidencia de Javier Milei, sino también en los últimos años, subrayando la magnitud de la crisis que atraviesa el sector del consumo masivo.
El desplome interanual en supermercados fue del 17,9%, mientras que en los autoservicios la baja alcanzó el 16,5%. En términos absolutos, el contraste con el comportamiento del consumo en agosto de 2023 es notorio: mientras los supermercados experimentaron un crecimiento del 14,1%, los autoservicios registraban una leve contracción del 3,2%. Sin embargo, la tendencia se ha invertido de manera drástica en 2024, acumulando una caída anual de más de 10 puntos.
Las principales categorías de productos no han sido ajenas a esta contracción. Bebidas, tanto alcohólicas como no alcohólicas, fueron los rubros más afectados, con bajas del 24,3% y 24,7%, respectivamente. Asimismo, la categoría de Higiene y Cosmética registró una disminución del 20,1%, seguida de Limpieza del Hogar, que se contrajo un 15,9%. El sector de la Alimentación, a pesar de su esencialidad, sufrió una caída del 12,4%.
En un intento por suavizar el impacto, algunos mayoristas han recurrido a medidas como aceptar dólares, incluso en billetes deteriorados, para captar a un sector de la población que se ve obligado a recurrir a sus ahorros en moneda extranjera. Sin embargo, estas iniciativas han resultado insuficientes para frenar la caída de las ventas. Este fenómeno se acentúa en los grandes supermercados mayoristas, donde el INDEC reportó una baja del 14,5% interanual en junio, y el deterioro ha seguido su curso en los meses siguientes.
El contexto macroeconómico no ayuda a revertir esta tendencia. A pesar de la desaceleración inflacionaria, que en agosto fue del 4,2% en comparación con el 12,4% del mismo mes en 2023, el poder adquisitivo de la población sigue resentido. La consultora Econviews ha señalado que, aunque se espera una recuperación lenta del consumo, está aún no se vislumbra en las cifras actuales.
La crisis actual ha llevado a que las sucursales de supermercados se encuentren prácticamente vacías en todo el país, con picos de actividad solo en días de promociones especiales con tarjetas de crédito. Según datos del sector, hasta el 18 de agosto, la caída acumulada en las ventas fue del 22,6% interanual, marcando una de las mayores contracciones de las últimas dos décadas.
Con respecto a las medidas económicas impulsadas por el Gobierno, la recuperación del salario real en algunos sectores no ha sido suficiente para impulsar el consumo. La inflación, aunque contenida, sigue erosionando la capacidad de compra de los argentinos, y el impacto de las subas tarifarias de servicios básicos como luz, gas y agua ha aumentado significativamente la presión sobre los bolsillos de las familias.
En este escenario de contracción, la reactivación del consumo masivo se vuelve cada vez más crucial para revertir el proceso recesivo. Según especialistas, el consumo representa dos tercios del Producto Bruto Interno (PBI), lo que implica que cualquier recuperación económica depende en gran parte de la mejora en este indicador.