Mariela Quintanilla, madre de Iara Nardelli, la adolescente de 16 años que había sido vista por última vez el 30 de junio del año pasado y la pericia sobre los huesos hallados 10 días después en un descampado del barrio Virgen de Luján confirmaron que se trataba de ella, se encadenó en Tribunales para pedir que la investigación sobre el caso de su hija pase a la Justicia Federal, y dijo que realizará una huelga de hambre hasta que se reinicie la causa y asegura que los huesos que se encontraron en aquel momento no son de Iara y que la joven estaría viva.
“Estoy desde las 10 de la mañana, encadenándome, iniciando huelga de hambre y voy a estar por tiempo indeterminado, hasta que se declare incompetente la fiscal Salas, que la Justicia Provincial se declare incompetente así la Justicia Federal puede actuar libremente”, reclamó.
A su vez denunció que “mi hija me mandó un mensaje que decía que estaba secuestrada en Córdoba, que está embarazada y tiene mucho miedo. Eso lo presenté en un primer momento a la fiscalía general y no me dieron bolilla, no quisieron investigar nunca”.
Asimismo, subrayó que “archivaron la causa y no pudieron constatar si fue un suicidio, o si se la comieron los perros, o si hubo un tercero. No me hicieron la prueba de ADN, que era lo principal que yo quería porque yo siempre dije que esos huesos no eran de mi hija”.
“Ellos querían seguir con la hipótesis de suicidio, les convenía que todo esto no se destape. Estoy con la abuela Coraje, que ella misma rescató a su nieta, y con más mamás que no se animan a denunciar, pero están pasando por la misma situación”, concluyó.