Desde su inicio durante la pandemia, la Feria “Del Buen Vivir” se ha convertido en un símbolo de solidaridad y compromiso militante con la comunidad, funcionando como un sostén comunitario frente a la crisis económica, y hoy sus 45 integrantes “con la panza al pasto para que pasen las balas por arriba” continúan resistiendo, sin arriar la divisa de la “Soberanía Alimentaria”.

En diálogo con Cazador de Noticias, Mauricio Maglione, coordinador de la Feria, destacó que “el equipo que hemos conformado y esta hermandad que es la Feria junto a nuestros barrios con nuestros vecinos”, agregando queagregando que “cada uno de los puestos ha dejado de ser comerciante para convertirse en militante de la soberanía alimentaria de nuestro pueblo y esto es un orgullo para nosotros, más allá de que las cuentas casi siempre no nos dan, algunas veces empatamos y otras pocas veces ganamos el trabajo de los 45 compañeros de la Feria, que está garantizado lo cual no es poco, con una política de pegar la panza al pasto para que pasen las balas por arriba”.

Asimismo, sostuvo que “el Gobierno Nacional está acribillando al pueblo desde la forma más perversa que es el hambre, y nosotros somos un grupo resistente que hemos logrado una hermandad entre los 45 trabajadores de la Feria y nuestra fortaleza son nuestros propios compañeros que siempre bancan todas y cuando uno se queda sin el auto van a rescatarlo y cuando alguno se queda sin el dinero mínimo para alguna mercadería, el otro sale a bancarlo. La verdad es que hemos logrado una comunidad militante muy fuerte y sólida de la cual estamos totalmente orgullosos”.

Por su parte, Tomás Maglione, el otro coordinador de la Feria, señaló que “la situación es muy preocupante, estamos viendo en la diaria como nuestros vecinos y vecinas vienen a comprar con un poder de consumo que es cada vez menor y los jubilados que antes venían a comprar con 10.000 o 15.000 pesos, ahora vienen con 2.000 pesos y una gota gorda se les sale del lagrimal porque no les alcanza para comer lo necesario”.

En tal sentido, enfatizó que “esta situación acuciante es una decisión del gobierno nacional de ajustar a los sectores más necesitados de nuestra población, y no se puede permitir que en función del hambre de nuestro pueblo, unos pocos se enriquezcan más, no se puede financiar la renta empresarial con el hambre de nuestro pueblo”, añadiendo que “una cosa es hacer el esfuerzo todos juntos para que la Nación sea más grande, pero otra cosa es hambrear a nuestro pueblo para beneficiar al mercado financiero o a los poderosos”.

Laura, quien es la responsable de la Panadería de la Feria, en la misma línea, señaló que “la gente achicó sus consumos y ya no se dan esos pequeños gustitos como la docena de facturas o el maté con los amigos. Este señor presidente dice que es economista y yo le diría que no somos números sino personas, a él no le cierran los números, pero a nosotros no nos cierra el hambre”.

Por su parte, Martín, a cargo de la Pescadería de la Feria, refirió que “tenemos unos precios muy interesantes pero la crisis se nota. El kilo de filet de merluza sin espina lo tenemos a $4.800 o si no una oferta de 2 kilos a $ 9.200 y si vienen con Cuenta DNI tienen el 40% de reintegro así como en el resto de los productos que tenemos en la Feria, tratamos de poner unos precios que sean accesibles a la gente”.

Asimismo, reflexionó que “de acuerdo a la situación del país, un comerciante tiene que pensar más en el consumidor y muchas veces no se puede ganar como corresponde, pero hay que poner el pecho a toda esta situación y pensar en el consumidor”.

Finalmente, Julio, quien tiene a su cargo la Verdulería de la Feria, comentó que “tuve que comprar volúmenes más grandes para poder conseguir mejores precios y poder llegar al bolsillo de la gente pero igual no llegamos”, subrayando quesubrayando que “tenemos un problema muy grave con los jubilados y me llena el corazón de orgullo hacer este trabajo porque nos hemos puesto en el lugar de ellos y estamos apadrinando a varios jubilados, haciéndoles llegar un poco de mercadería para que lleguen a fin de mes”.

“Duele muchísimo ver que esa gente acostumbrada a manejarse con su sueldo hoy no llega, y se les ve la tristeza en la cara por eso uno trata de llegar a esa gente más que a nada. Ya no nos fijamos en lo que ganamos o no ganamos, estamos tratando que la gente nos siga, nos apoye para poder seguir brindando este servicio y de alguna manera ayudar a la gente que menos tiene. Nos toca trabajar tres veces más y ganar bastante menos, pero seguimos en carrera acompañando a la gente”, concluyó