A través de una nota elevada este lunes al Concejo Deliberante, la Mesa de Diálogo por la Dignidad de las Periferias, integrada por la Iglesia y diversas organizaciones locales, solicitó declarar la Emergencia Alimentaria en General Pueyrredon, sosteniendo que “la herramienta de la emergencia es una medida que puede permitir desde lo administrativo agilizar los mecanismos tendientes a la urgente provisión de alimentos”.
También consideraron que la iniciativa constituye “un mensaje claro de la dirigencia política y social para con los más desfavorecidos que están en la periferia, pero que son puestos en el centro de los esfuerzos y de las políticas públicas”.
Entre los fundamentos para impulsar la emergencia, hicieron hincapié en que “durante la pandemia, la municipalidad logró entregar 20.000 kilos de alimentos frescos por semana a las familias más vulnerables, lo cual fue un esfuerzo significativo en tiempos de crisis”.
Sin embargo, durante los primeros seis meses del año pasado, los repartos “se redujeron a 10.000 kilos cada 15 días y, lamentablemente, estas entregas finalizaron de manera definitiva, dejando a muchas personas sin este apoyo esencial”.
Asimismo, plantearon un contexto de “preocupante vulnerabilidad social y económica, exacerbada por diversos factores que impactan particularmente en las periferias”. Estos sectores, históricamente relegados, “enfrentan hoy una situación crítica debido a la combinación de desigualdad estructural, falta de acceso a recursos básicos y la precarización del empleo”.
En el plano local, los barrios más necesitados padecen desde hace tiempo “falta de empleo formal, salarios bajos e informalidad laboral”, lo que dificulta el acceso a una nutrición adecuada.
Esto se tradujo en una realidad económica que profundizó las dificultades, “creando una situación de emergencia que va más allá de los alimentos”, apuntaron los impulsores del proyecto.
Entre otros aspectos, subrayaron que los precios de los productos esenciales “han crecido mucho más rápido que los salarios, lo que afecta a las familias de bajos recursos”. En la misma línea, las canastas básicas “no se ajustan a los ingresos de la mayoría de los hogares en situación de pobreza, lo que genera una dieta deficiente en términos nutricionales”.
En el escenario actual -continuó la Mesa del Diálogo- las periferias padecen “altas tasas de desocupación y subempleo, agravadas por las faltas de inversiones en infraestructura y oportunidades laborales sostenibles”, además de haber crecido “en forma desorganizada” con carencias importantes en cuanto a servicios básicos. “Esto impacta en la seguridad alimentaria, al dificultar prácticas de higiene y de conservación de alimentos”, consideraron.
“Es por eso que consideramos urgente que General Pueyrredon implemente programas focalizados en las áreas más vulnerables, con especial énfasis en la provisión de alimentos a través de comedores y merenderos, y que desarrolle programas de empleo que dinamicen la economía en las periferias”, plantearon.
“La situación en las periferias de General Pueyrredon es dolorosa y urgente, y solo a través de una acción concertada entre la comunidad, las organizaciones y el Estado será posible enfrentar de manera efectiva esta emergencia que afecta a miles de familias”, concluyeron.