La Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad de la Nación publicó un informe en torno a la evolución y situación actual del empleo privado registrado a partir de los números del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), el cual reveló una nueva caída del 0,1% en el empleo asalariado registrado durante el mes de julio, anotando así 11 meses de contracción consecutiva.
Los datos correspondientes a julio de 2024 muestran que el número de asalariados en el empleo privado descendió a 6.207 millones, con una reducción de 8.900 puestos de trabajo respecto al mes anterior. Aunque la velocidad de la pérdida de empleos ha disminuido desde entonces, la caída acumulada desde agosto de 2023 asciende a 180.500 puestos, lo que implica una reducción del 2,82% en 11 meses consecutivos de baja.
Si bien el actual titular de la cartera de Trabajo nacional, Julio Cordero, había anticipado una recuperación del empleo sobre el final del primer semestre, los números oficiales dieron cuenta de una baja sostenida en el empleo privado. La actividad económica sigue reflejando la continuidad de un escenario recesivo y se espera que en agosto aún no haya encontrado un piso.
Además, el organismo nacional también dio a conocer el informe de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) correspondiente a agosto, que dejó entrever, a partir de una consulta a empresas con más de diez empleados, otra baja más de 0,1% en la comparación contra julio. Es decir, una proyección parcial que indica que durante ese mes tampoco se logró detener la sangría de trabajadores en el sector del empleo privado de calidad.
A esta cifra se suman las pérdidas en el sector público, donde la destrucción de empleos comenzó en enero de este año. Durante los primeros siete meses de 2024, se recortaron 49.400 puestos de trabajo, lo que eleva el total de empleos perdidos en el país a 207.900.
Entre los sectores privados más afectados en julio destacan Hoteles y restaurantes, con una caída del 0,4%; Agricultura, ganadería y silvicultura, con una contratación del 0,3%; y los Servicios comunitarios y la Construcción, ambos con un descenso del 0,3%. Asimismo, se registraron retrocesos en el sector financiero, que disminuyó un 0,3%.
Estos datos resultan particularmente preocupantes dado que la actividad económica en general había experimentado un crecimiento del 1,7% durante julio, un rebote relativamente significativo en el PBI según el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) del Instituto Nacional de Estadística y Censo. Este desajuste entre el repunte de la actividad y la caída del empleo sugiere que el crecimiento reciente no ha sido suficiente para impulsar una recuperación sostenible del mercado laboral.