A 41 años de la restauración democrática, luego de la feroz dictadura que asoló nuestro país del '76 al '83, el comité local de la Unión Cívica Radical rindió homenaje, este miércoles por la tarde, al ex presidente Raúl Alfonsín en el Paseo que lleva su nombre en la Plaza San Martín.
En ese contexto, Gustavo “Tato” Serebrinski, presidente electo del comité partidario de Mar del Plata y Batán, en diálogo con Cazador de Noticias, destacó que “Raúl Alfonsín para la Unión Cívica Radical significa muchísimo, pero creo que significa muchísimo como ejemplo para todos los argentinos porque hay figuras que trascienden lo partidario y que deberían estar fuera de la discusión”.
Acto seguido, lamentó que “la discusión la generen quienes no la tendrían que generar y tienen mayor responsabilidad”. Agregando: “ Desde ya que a algunos les gusta más Menem que Alfonsín y a otros les gusta más Kirchner que Alfonsín, pero la realidad es que Alfonsín ha sido sinónimo del diálogo, del consenso, más allá de que era un hombre de convicciones muy firmes, pero que entendió también que veníamos de una dictadura y las formas son importantes. Los objetivos son importantes pero las formas también, porque sí el fin justifica los medios, ocurre lo que ocurre cuando viene el autoritarismo de derecha o de izquierda, el populismo liberal, vienen todas esas cosas que no construyen”.
Subrayó, además, que “hoy la Argentina necesita más que nunca hombres como Alfonsín, obviamente es otra época, la correlación de fuerzas ha cambiado, la economía ha cambiado, pero la Argentina la única posibilidad que tiene para salir adelante es consensos mínimos y no con agravios, ni con confrontaciones que vamos a pagar caro a mediano y largo plazo”.
Por otra parte, recordó que “tuve la suerte de conocer a Alfonsín en el ´82 y de tratarlo varias veces cuando fue presidente y, también, tuve la suerte de seguir tratándolo el resto de la vida porque era un estadista, uno cuando se sentaba con Raúl aprendía. En tal sentido, quiero contar la intimidad de que una vez me queje de alguna gente que tenía cerca Raúl y me dijo: ´ Mocoso, lo único que falta es que usted me elija los amigos´. Yo, entonces, le conteste: ´Yo no le elijo los amigos a nadie, pero nadie me los elige a mí´, y me di media vuelta como para irme y me fue a buscar y me dijo: ´Si tiene argumentos, venga y debata conmigo. No se vaya como un cobarde´”.
“Esos son los aprendizajes, el mejor recuerdo que tengo, que un grande como él a un militante insignificante como yo, siempre estaba dispuesto al diálogo y al debate, a la discusión, a ponernos de acuerdo y debatir y al pensamiento crítico. La intolerancia es lo peor que le puede pasar al mundo y lo peor que le puede pasar a la Argentina”, concluyó.