En un movimiento inesperado, Argentina confirmó su participación en la Alianza Global contra el Hambre, la medida principal de la presidencia de Lula da Silva en el G20, tras intensas negociaciones de último momento. A pesar de las diferencias ideológicas entre ambos mandatarios, el acuerdo se concretó bajo condiciones específicas que permitieron a Javier Milei mantener su postura crítica hacia la Agenda 2030 y priorizar un enfoque basado en el libre mercado.
El trasfondo de la decisión
Hasta este lunes a la mañana, Argentina era el único país entre los 81 adherentes que se mantenía fuera de la iniciativa. La negativa inicial se basaba en las discrepancias del gobierno argentino con los puntos de la alianza que promovían la implementación plena de la Agenda 2030, que Milei ha calificado como una amenaza a la soberanía nacional.
Sin embargo, fuentes diplomáticas confirmaron que la flexibilidad del esquema de participación permitió que Argentina suscribiera con términos propios, sin adherirse a los objetivos globalistas del documento base.
El discurso de Lula y la postura de Milei
En la apertura del G20, Lula destacó que el hambre y la pobreza son consecuencia de decisiones políticas que perpetúan la exclusión social, un planteo que contrasta con la filosofía de Milei. A pesar de ello, Argentina acordó sumarse destacando que el capitalismo de libre mercado es la herramienta clave para erradicar la pobreza.
Tensiones diplomáticas y consenso final
La firma se logró gracias a gestiones de la Cancillería argentina y el sherpa del G20, Federico Pinedo, quienes negociaron con el Itamaraty para garantizar un marco flexible de adhesión. Según fuentes del gobierno, esta decisión responde a un interés estratégico de mantener consenso y estabilidad en el ámbito internacional, evitando quedar aislados en un tema clave.
No obstante, Argentina marcó diferencias claras en tres de los ocho puntos de la fundación de la Alianza, relacionados con la implementación de estrategias vinculadas a la Agenda 2030. El gobierno sostiene que algunos de estos objetivos son contradictorios y podrían ser contraproducentes para la lucha contra el hambre en contextos de crisis económica.
Proyecciones y críticas
Si bien la adhesión representa un gesto político significativo, analistas cuestionan si el enfoque individualista planteado por Milei será efectivo en el marco de una iniciativa global. Por su parte, fuentes oficiales insisten en que Argentina buscará demostrar que las políticas de libre mercado pueden ofrecer resultados concretos y sostenibles en la lucha contra el hambre y la pobreza.