En diálogo con Cazador de Noticias, el dirigente del Partido Socialista Auténtico de Mar del Plata – Batán, PabloAceto, planteó que “se volvió a encender muy efímeramente el debate sobre los medicamentos y la crisis que no es por falta de medicamentos sino por falta de recursos de los usuarios para adquirirlos. Esta problemática no empieza ahora, empezó el 14 de marzo de 1995, con la sanción de la ley 24.481 que modificó lo que hasta ese momento era la ley de patentes, y se hizo en función de los estándares que exigía o pregonaba la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual(OMPI), donde en ese momento el gobierno argentino liderado por Carlos Menen permite, admite y sanciona una ley a la medida de estos sectores , y que a diferencia de la anterior extendió de 15 a 20 años la protección de la propiedad intelectual e incluyó productos y procesos químicos biotecnológicos y farmacéuticos”.
En tal sentido, sostuvo que “no todos los países se sometieron a las leyes que quería la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, como es el caso de la India que es una potencia en lo que es la industria farmacéutica porque no tuvo las leyes que la OMPI quería imponer y que en la Argentina nos llevaron a una situación crítica por la excesiva protección a las empresas farmacéuticas, que pueden limitar el acceso a medicamentos y a la producción de genéricos, es decir que solamente podamos consumir de un medicamentos tan solo una marca y, también, genera limitaciones en el acceso de salud por no poder producir o tener limitaciones en la creación de genéricos y beneficios empresas transnacionales, que son la que dominan el mercado y limitación del desarrollo de la ciencia y la tecnología nacional.
Asimismo, señaló que “hay dos puntos que son claves que son la privatización del conocimiento y la incompatibilidad que esta ley tiene con la Constitución Nacional que establece que la propiedad intelectual debe ser protegida de manera que no se convierta en un obstáculo para el progreso y la innovación. En definitiva, la Constitución Nacional establece la función social de la propiedad, en este caso de la propiedad intelectual. Lo cual no significa llegar a los extremos como el doctor Sabín que liberó la patente de su vacuna, por ejemplo, porque existe un reconocimiento en tal sentido, pero con distintas reglas”.
Remarcó , además, que “sin ir al caso de China ni de la Unión Soviética de Stalin ni a la Cuba de Fidel Castro, nos remitimos, por ejemplo, a de Estados Unidos en la época del presidente Woodrow Wilson, donde había generado un pool de inventos y de empresas que por su valor estratégico se le quitaron las patentes intelectuales, entre ellas la patente de los hermanos Wright que habían inventado el aeroplano y pese a que ellos generan una empresa para defender su patente, Wilson les quita la patente ante los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial. De modo que hasta en Estados Unidos se establece un criterio de función social del conocimiento, en este caso subordinándola a una función táctica, que era afrontar una guerra porque la patente generaba unos costos adicionales a los gastos de guerra por tener que pagar la patente y eso lo ponía y eso lo ponía en un situación de desventaja con respecto a Alemania”.
Y agregó: “Incluso, ahora estamos viendo, también, con Donald Trump que decide elevar los aranceles a México y a Canadá siendo que tienen tratados de libre comercio. Esto nos plantea que nosotros estamos cumpliendo reglas que los demás no, nos imponemos leyes estrictas que otros no las tienen sino que otros la manejan como quieren”.
“Hoy se desarrolla una crisis en el consumo de medicamentos, que es producto, también, de subsidios que sirvieron como alfombra para tirar la mugre abajo, la mugre ya no hay manera de disimularla, la alfombra fue a parar al diablo y hoy por hoy tenemos esta crisis de medicamentos. Estas son las cosas que hay que discutir no a ver quién es el más privatizador. El debate de los argentinos debe ser cómo recuperar la autonomía para generar nuestras propias políticas que no significa robarle nada a nadie, sino hacer como, también, hace Estados Unido dándole a la propiedad un valor estratégico, una función social, que no significa sacarle nada a nadie, es salir todo juntos adelante”, concluyó.