Donald Trump asumió este lunes como el 47° presidente de Estados Unidos, y en su primer discurso reafirmó que endurecerá las políticas migratorias del país, al prometer que invocará una ley de "enemigos extranjeros" —promulgada en 1798—, declarará una emergencia nacional en la frontera sur de EE.UU. y la militarizará. Además, expresó su deseo de apoderarse del Canal de Panamá y cambiar el nombre del Golfo de México por "Golfo de América". Los presidentes de Panamá y México, José Raúl Mulino y Claudia Sheinbaum, rechazaron las intenciones del republicano.
"La edad dorada de América comienza ahora mismo. A partir de este día, nuestro país florecerá y será respetado nuevamente en todo el mundo. Seremos la envidia de todas las naciones y no permitiremos que sigan aprovechándose de nosotros", afirmó el magnate en un discurso en la rotonda del Capitolio.
"Durante cada día de la administración Trump, pondré muy simplemente a América en primer lugar. Nuestra soberanía será recuperada y nuestra seguridad será restaurada", añadió, además de señalar que, ante el intento de magnicidio que sufrió durante la campaña electoral, "fue salvado por Dios para hacer grande a América de nuevo".
Las medidas que anunció Trump allanan el camino para que el republicano cumpla con sus promesas electorales de llevar a cabo la mayor campaña de deportaciones de migrantes de la historia e impedir el paso de migrantes y solicitantes de asilo en la frontera con México. "Comenzaremos el proceso de devolver a millones y millones de criminales extranjeros a los lugares de donde vinieron", remarcó el millonario, quien antes de la investidura recibió un mensaje del Papa Francisco que le pidió que no haya cabida para el odio ni la discriminación e instó a promover la paz en el mundo.
La ley de "enemigos extranjeros" que mencionó permite al Gobierno expulsar a foráneos sin un debido proceso legal y fue usada durante el Gobierno de Franklin D. Roosevelt (1933-1945) para crear campos de internamiento para ciudadanos de origen japonés en EE.UU. A su vez, prometió usar esta ley para que su Gobierno utilice todas las fuerzas federales y estatales para eliminar la presencia de pandillas extranjeras y redes criminales.
El nuevo mandatario indicó que declarará un estado de "emergencia nacional" en la frontera sur para frenar la entrada irregular de migrantes y restaurará la política conocida como "permanece en México", instaurada durante su anterior gobierno, que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en el país vecino mientras se procesaban sus casos.
En línea con estas medidas, la aplicación móvil CBP One, que permitía a migrantes ingresar a EE.UU. a través de los puertos de entrada en la frontera con México, dejó de funcionar este lunes, según informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en su página web. El programa fue creado por el Gobierno de Joe Biden como una estrategia para controlar la migración a través de la frontera, al igual que frenar los cruces irregulares.