La política del intendente de General Pueyrredon, Guillermo Montenegro, de desalojar personas en situación de calle con las fuerzas policiales, ya generó una fuerte polémica a la que este martes se sumó la Iglesia. En un comunicado que firmaron en conjunto Cáritas, los centros del Hogar de Cristo y la Pastoral de las Adicciones del Obispado criticaron los operativos y hablaron de una mirada “excluyente y violenta” de parte del municipio.
En la primera parte de la nota de prensa, publicada por la agencia de noticias católica AICA, estas organizaciones remarcaron la importancia de la visión de Jesús, de reconocer la dignidad de toda persona y más que nada de las que antes eran calificadas de indignas. “Este nuevo principio de la historia humana, por el que el ser humano es más ‘digno’ de respeto y amor cuanto más débil, miserable y sufriente, hasta el punto de perder la propia ‘figura’ humana, ha cambiado la faz del mundo, dando lugar a instituciones que se ocupan de personas en condiciones inhumanas: los enfermos mentales, personas con enfermedades incurables y aquellos que viven en la calle”, enumeraron.
“Nuestro compromiso no se limita solamente a ofrecer asistencia inmediata, como un plato de comida o un lugar de refugio, sino que busca abordar las causas estructurales que perpetúan estas desigualdades: el desempleo, la precarización laboral, la ausencia de políticas habitacionales efectivas, la falta de una atención integral a la salud y el aumento del consumo de drogas sin políticas eficaces de control, prevención y asistencia”, destacaron.
Sobre la situación actual, subrayaron que “nos preocupa profundamente que las respuestas sean insuficientes y muchas veces adopten un enfoque que prioriza la represión y el desalojo por encima de la escucha, el cuidado y la dignidad. Esta mirada excluyente y violenta debe ser transformada para avanzar hacia políticas públicas que verdaderamente promuevan la inclusión y reconozcan a cada persona como sujeto de derechos”.
Remarcaron, además, que “desde el Evangelio de Jesús, reafirmamos que las personas en situación de calle no son un ´problema´ que deba resolverse, sino hermanos y hermanas que merecen respeto, reconocimiento en su dignidad y acompañamiento. Como Iglesia, renovamos nuestro compromiso de trabajar por la paz social en unidad con todos los sectores, convocando a un diálogo abierto y solidario que promueva la construcción del bien común”.
En este marco, instaron a un pacto social en la ciudad: “Tal como nos ha recordado el Papa Francisco en Fratelli Tutti, nadie puede salvarse solo. En este momento crítico, Mar del Plata necesita un pacto social que coloque a los más vulnerables en el centro de las prioridades, desplazando la indiferencia y rechazando la violencia institucional como respuesta a la pobreza”.
“Hacemos un llamado urgente a la ciudadanía, a las organizaciones sociales y a nuestros representantes y funcionarios del Estado para que redoblemos esfuerzos y asumamos un compromiso real con quienes más sufren, porque todos los marplatenses nos merecemos una sociedad fraterna, solidaria y en paz”, concluyeron.