Se trata de un proyecto presentado por el concejal Diego García, que propone la implementación de una tarjeta de alimentos a la que puedan acceder Asociaciones civiles, espacios comunitarios, clubes barriales y familias en casos extrema vulnerabilidad, bajo la supervisión por parte del propio estado local, a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social.
La propuesta expresa la necesidad de trabajar sobre nuevos mecanismos o herramientas que permitan mejorar y optimizar la provisión de alimentos que lleva adelante el estado municipal.
En 2024 la Mesa de Diálogo por la Dignidad de las Periferias impulsó en el Concejo Deliberante una solicitud para que se declare la emergencia alimentaria en la ciudad. Esto se enmarca en un contexto de aumento de la pobreza, del 37% al 46%, así como también el crecimiento de la indigencia, de un 6% a un 12%.
“ Ante este escenario es fundamental que se trabaje desde el estado local para dar respuesta y poder generar algún tipo de red de contención para los que más lo necesitan, el año pasado había una partida presupuestaria específica para la compra de alimentos y no fue utilizada ”, afirmó el concejal Diego García, autor del proyecto.
Por otra parte, expresó que “es un recurso que ya existe, porque la Secretaría de Desarrollo Social ya entrega alimentos y realiza la compra bajo licitación, nosotros estamos proponiendo un sistema mejor y más eficiente, que además permita un mayor control por parte del estado ”.
Dentro de los fundamentos del proyecto se destaca la importancia de contar con un sistema transparente, que sea exclusivamente para la compra de alimentos y que permita que el municipio recabe datos y estadísticas acerca de la situación social de la ciudad: “ el sistema que tenemos actualmente no promueve el vínculo directo entre el estado y quien recibe la ayuda, siendo un obstáculo para garantizar la transparencia y la honestidad en el proceso ”, continuó García.
El espíritu del proyecto está orientado a brindar una herramienta de asistencia social que esté sometida al control y la evaluación constante del municipio, con el fin de que no se sostenga en el tiempo de forma indeterminada.
Para finalizar, destacó que “ tenemos que terminar con la burocracia de las licitaciones, tener un estado municipal moderno, que optimice el recurso de la mejor manera, con control, transparencia, en pos de valorar a los espacios que trabajan socialmente por sus vecinos o las familias que necesitan una mano del municipio por un tiempo limitado ”.