En las últimas horas, la histórica cooperativa láctea SanCor presentó la apertura de su concurso preventivo de acreedores, en el marco de la crisis más profunda que atraviesa la empresa desde su fundación en 1930, y sacudió tanto al sector del agro como a los tamberos, los trabajadores y la economía argentina.
Es que, la compañía que opera como una cooperativa de segundo grado, y que alguna vez supo constituirse en Argentina como referente en la industria láctea, acumula una deuda millonaria que asciende a los 400 millones de dólares, y se encuentra en una situación crítica tanto a nivel financiero como laboral.
Sin embargo, la millonaria deuda en SanCor es sólo uno de los factores por los que la cooperativa tuvo que tomar la decisión de abrir un concurso preventivo de acreedores. Según las autoridades, la crisis en la empresa láctea es inminente, e incluso corre peligro su continuidad.
Según las cifras de la cooperativa, que en su apogeo procesaba hasta cuatro millones de litros de leche por día, hoy apenas alcanza los 200.000 litros diarios. Esta situación generó una parálisis en sus plantas y una crisis de abastecimiento que afecta la producción de quesos, manteca y otros productos básicos que SanCor comercializa hacia toda la Argentina.
A raíz de la situación económica, SanCor comunicó el despido de aproximadamente 350 trabajadores en sus plantas de Córdoba y Santa Fe, aunque la cifra de ceses laborales podría aumentar a medida que se agudiza la crisis económica que empuja a la histórica empresa cooperativista a la quiebra.
Por su parte, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra), expresó su preocupación sobre la situación de SanCor, puntualmente sobre los despidos a los trabajadores, y denunció que la situación “podría empeorar aún más” si la cooperativa no encuentra soluciones inmediatas.
En tanto, los más de 300 despidos fueron justificados por la empresa bajo la carátula de “razones de fuerza mayor”, pero desde el gremio que nuclea a los trabajadores de la industria lechera denunciaron que la falta de pago y la paralización de la producción son los factores que realmente están detrás de esta ola de despidos.
Es que, en 2017, SanCor contaba con 4.000 trabajadores, pero hoy esa cifra se ha reducido drásticamente a solo 1.350 empleados, sin contar los recientes despidos, es decir, la empresa cesó al 75% de sus trabajadores en tan solo ocho años.
Para paliar la crisis económica, la empresa que surgió de la unión de varias cooperativas de Santa Fe y Córdoba inició un proceso de reestructuración hace varios años, en busca de aliviar la pesada carga de su deuda. Sin embargo, a pesar de las diversas medidas tomadas, como la venta y cierre de varias plantas, y un intento fallido de crear un fideicomiso con inversores privados, la crisis no cesó, y las decisiones comenzaron a ser cada vez más drásticas.
En varias declaraciones realizadas por las autoridades de la cooperativa, sostuvieron que a pesar de los reiterados esfuerzos por salvar la empresa y los puestos de todos los trabajadores, la situación económica se deteriora cada vez más, debido a la falta de recursos para continuar con la producción.
Cabe recordar que, si bien la cooperativa había logrado una estabilización parcial a través de un proceso extrajudicial y la reestructuración de su deuda, la falta de acuerdos con nuevos inversores y la continua caída de la producción generaron un impasse definitivo, lo que obligó a la empresa a recurrir al concurso preventivo de acreedores.
Ahora, el panorama futuro de SanCor parece sombrío: la empresa enfrenta serios problemas de liquidez y una deuda que amenaza con paralizar por completo la producción en todas sus sedes, mientras las negociaciones con posibles inversores se llevan a cabo, pero las dificultades económicas y los obstáculos derivados de las deudas pendientes complican aún más una posible solución.
Es preciso mencionar que, la crisis en SanCor también refleja la difícil situación que atraviesa la industria láctea argentina en general, mientras la caída en la producción, la inflación y la falta de políticas públicas adecuadas para el sector agravan aún más la incertidumbre.
En este contexto, la posibilidad de que SanCor sea convertida de cooperativa a empresa privada es una opción que gana cada vez más terreno, aunque con un alto costo en términos laborales que ya comenzó a reflejarse con el despido de 350 nuevos trabajadores en lo que va del 2025.