La fabricante japonesa Nissan está analizando la continuidad de su negocio en Argentina, lo que incluye dejar la producción local.
La novedad, que impacta en la industria automotriz del país y genera inquietud entre trabajadores y proveedores, se produce en un contexto de cada vez mayor cantidad de importaciones de vehículos y una crisis de la que la Argentina no puede salir.
A pesar de la baja de la inflación, el país sigue inmerso en una profunda recesión, con un aumento de los precios en dólares y una muy débil recomposición de los salarios, lo que golpea el consumo del 80% de la población con ingresos bajos.
La planta de la Ciudad de Córdoba, donde Nissan produce la pickup Frontier en colaboración con Renault, es el epicentro de la crisis.
La alianza global entre ambas empresas, que permitía a Nissan utilizar las instalaciones de Renault, se deterioró, generando un clima de tensión.
La reducción de ventas de la marca nipona a nivel mundial, sumada a problemas locales, ha llevado a paradas de producción constantes. De hecho, en 2024, las ventas de la Frontier en Argentina cayeron un 47%, alcanzando solo 6,758 unidades, en comparación con las 12,731 de 2023.