La Justicia de Garantías ordenó la detención de los cinco policías que participaron en el operativo ilegal de interceptación que terminó en la muerte a balazos del joven Matías Paredes, de 26 años.
Así lo resolvió el juez Juan Tapia tras el pedido del fiscal Alejandro Pellegrinelli, quien incluyó una gran cantidad de prueba en donde se les atribuía diferentes roles a los funcionarios policiales que actuaron en la madrugada del jueves en Polonia y Fortunato de la Plaza.
La figura penal para los responsables de matar a Paredes tiene prevista una pena de prisión perpetua. El artículo 80 del Código Penal, en su inciso 9, dice que “se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua al que matare abusando de su función o cargo, cuando fuere miembro integrante de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio penitenciario”.
La medida recae sobre Juan Molina, el encargado del gabinete técnico operativo de la comisaría 16a., que junto con el sargento Julio Rufino Gerez son los que iban a bordo del Volkswagen Bora, mientras que Héctor Murray, policía de Estación Camet, Yancamil Masia, de comisaría decimocuarta, y Emilio Flores, de la decimoquinta, lo hacían en la camioneta EcoSport.
Para Pellegrinelli el autor del homicidio es Molina y los otros cuatro son partícipes necesarios, y a todos les cabe la misma pena.
Pellegrinelli recibió este viernes las conclusiones de los peritajes balísticos sobre las cinco pistolas Bersa Thunder de los funcionarios policiales. De todos modos, sobre estos resultados se mantuvo reserva y no trascendieron mayores detalles. Sí se sabe de antemano que quien accionó su arma al menos tres veces fue Molina, ya que él mismo lo señaló en el acta de procedimiento que confeccionó.
En tanto, testigos aseguran que Flores sería el otro policía que se bajó del automóvil que manejaba y abrió fuego contra el Fiat Palio en el que Paredes viajaba con dos amigos ocupando el asiento trasero.
Por otra parte, en las imágenes de las cámaras de seguridad, se ve que un tercer automóvil sale de la estación de servicio y se suma a la persecución tras los disparos. En ese vehículo también habría policías, los que si bien no participaron en la interceptación, si lo hicieron después. Nada se sabe de ese rodado ni de la identidad de sus ocupantes.
Quién era Matías Paredes
Matías Paredes tenía 26 años, trabajaba como albañil y era padre de una nena de 3. Su familia lo define como un “laburante y buen amigo”, aunque también destacan que era un gran fanático del Club Atlético Alvarado, el equipo local.
En el barrio Bosque Grande, donde residía, se hacía tiempo para pintar los palos de las cuadras con los colores de la entidad deportiva mar platense. Lo hacía con los chicos de la zona, su grupo de amigos, a quienes los vecinos cuentan que Paredes siempre invitaba a la pileta de su casa.
Este miércoles, horas antes del crimen, el joven de 26 años había ido a ver la presentación de camisetas del club para la nueva temporada. A su regreso, fue víctima de ¿gatillo fácil?
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