Uno de los capítulos de la Ley 27.705 de Moratoria Previsional llega a su fin y al sector de la población que más afecta es a las mujeres que ya cumplieron la edad jubilatoria, pero no lograron los aportes necesarios. Como no hay intenciones de prorrogar la vigencia de la misma, se prevé que 7 de cada 10 mujeres en edad jubilatoria se verán afectadas. El impacto es devastador y refleja una falta de sensibilidad hacia las necesidades y derechos de un sector crucial de la sociedad.
Las diferencias estructurales en el ámbito laboral entre mujeres y hombres están históricamente marcadas y tiene que ver con que muchas de ellas dedican su vida a trabajos de cuidados no remunerados. Esto las pone en desventajas en cuanto a las leyes y, particularmente, a recibir la jubilación una vez cumplida la edad.
Como no se prorrogará la vigencia de la ley, habrá muchas mujeres perjudicadas. Concretamente, lo que sucede es que vence un capítulo de la ley que afecta a las personas que ya cumplieron su edad jubilatoria (60 años en mujeres y 65 en hombres) y que hoy en día pueden comprar aportes hasta diciembre del 2008.
Luego del 23 de marzo, si la persona ya cumplió la edad y no cumple con los aportes, no importa que sean 29 años, no se va a poder jubilar. Lo que sí no se vence es para aquellas mujeres que tienen entre 50 y 59 años y hombres entre 55 y 65 años, es decir, aún no cumplieron, que quieran comprar aportes, puedan hacerlo para llegar a esos 30 años requeridos.
Si bien el motivo es estrictamente económico porque el Gobierno asegura desde el principio de su gestión que “no hay plata” y, con esto, olvida las necesidades básicas, pero también deja de lado uno de los derechos ya garantizados para aquellas mujeres que tuvieron que dejar de lado sus trabajos estables para poder dedicarse a la maternidad, para hacer tareas en sus casas e incluso, muchas de ellas dedicaron sus días en familiares con discapacidad o en edad de vejez. Como estas tareas no están remuneradas, hay una desventaja.
A pesar de que existe el servicio por tareas de cuidado, solo se otorga un año por cada hijo vivo cuidado y dos si ese hijo cuidado vivo cobró la Asignación Universal Por Hijo. De este modo, hay años de desventaja para las amas de casa.
La abogada previsionalista, Laura Kalerguiz, explicó en diálogo con C5N que se publicó un informe de la Secretaría de Seguridad Social que indica que el 60% de las personas, tanto hombres como mujeres que cumplen la edad jubilatoria no van a poder jubilarse en 2025. Y, cabe destacar que, en el 2024, 3 de cada 4 de los trámites que se iniciaron, fueron con moratoria. En 2025, 7 de cada 10 mujeres no van a poder jubilarse. Esto implica a 149 mil mujeres.
Moratoria previsional: cuál es la realidad en números
En cuanto a mujeres, 5 de cada 10 mujeres cuentan con al menos 1 año de aportes,
El 28% entre 1 y 5 años de aportes
El 18% entre 6 y 10 años de aportes
El 16% entre 11 y 15 años de aportes
El 13% entre 16 y 20 años de aportes
El 9% entre 21 y 25 años de aportes.
A diferencia de los hombres que 6 de cada 10 hombres tiene al menos un año de aportes,
El 23% tiene entre 1 y 5 años de portes
El 13% tiene entre 6 y 10 años de aportes
El 11% entre 11 y 15 años de aportes
El 12% tiene entre 16 y 20 años de aportes
El 12% que tiene entre 21 y 25 años
El 29% que tiene entre 26 y 30 años.
Que es la PUAM, la herramienta consuelo para quienes no pueden acceder a la moratoria
Si no se pudo completar los años de aportes, solo queda la posibilidad de acceder a la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) que es un pago para aquellas personas que no pudieron completar sus años de aportes y se otorga un monto que equivale al 80% de la jubilación mínima.
Sin embargo, esta herramienta tiene sus contras. En primer lugar, las mujeres deberán aguardar a los 65 años para poder acceder, es decir, te aumenta la edad de jubilación y la equipara con la de un hombre. Y, en segundo lugar, lo que hace es que compara a las personas que nunca trabajaron y las que tienen 25 años de aportes.
“Esa es una de las grandes críticas que tiene la PUAM. Siempre el planteo fue que se le dé una jubilación proporcional a los años de aporte que tuvo esa persona”, indicó la doctora Kalerguiz. También, explicó que si una persona fue víctima de un empleador o empleadora que no pasó sus aportes, se puede hacer una denuncia, “pero prescribe a los dos años de extinguirse la relación laboral. La mayoría de las personas que no le hicieron esos aportes, no hicieron ese reclamo y ya no se puede”.
En cuanto a los motivos de esta decisión de no prorrogar la ley, Kalerguiz opinó que “el interés político es no tener más jubilados y no tener más gastos de gente que hay que pagarles jubilación, aun no llegando a los requisitos de aportes. Cuando una persona en condiciones de acceder a la moratoria, se inscribe en esta moratoria, le descuentan la cuota de los haberes, pero en algún momento esas cuotas se terminan y hay que pagarle a esa persona el 100% de la jubilación”.
La moratoria previsional llegó con el nombre de “Jubilación para amas de casa” en 2004 con Néstor Kirchner a la cabeza y ayudó a muchas mujeres a poder cumplir con esos años. Hasta el día de hoy es una de las ventajas que tienen las mujeres con la intención de intentar equiparar las realidades laborales porque, de lo contrario, era imposible acceder a la jubilación.
Esta situación pone en una situación de extrema vulnerabilidad a miles de mujeres en Argentina que han dedicado gran parte de sus vidas a tareas no remuneradas como el cuidado familiar. La desigualdad estructural en el ámbito laboral, sumada a la falta de reconocimiento de estos trabajos, crea una brecha significativa que impide a muchas mujeres acceder a una jubilación digna.
Es imperativo que se reconsideren las políticas previsionales para garantizar una jubilación justa y equitativa, reconociendo y valorando las contribuciones de las mujeres en todas sus formas. La sociedad y el gobierno deben trabajar conjuntamente para encontrar soluciones que protejan los derechos de las mujeres y aseguren su bienestar en la vejez.
