Argentina demostró por qué es el Campeón del Mundo. En un partido que rozó la perfección, la Albiceleste le dio un baile a la otrora invencible selección de Brasil. Un 4-1 que resulta hasta corto para la supremacía de los locales en el Monumental de Buenos Aires.

Miradas en perspectiva, las declaraciones de Raphinha en las que hablaba de “una paliza” sobre los argentinos fueron, al menos, desafortunadas. No solo porque calentaron el partido en la previa, sino también porque encendieron el juego de los locales.

Siempre con el libreto que los llevó al éxito en Qatar 2022: toque en espacios reducidos, un equipo que privilegia el juego colectivo y un mediocampo dinámico con predilección para cortar los circuitos. Eso, además, de su eficiencia en ataque.

En su primera llegada, el equipo de Lionel Scaloni (ya había ingresado al campo clasificado al Mundial 2026 por el empate de Bolivia) dio el primer golpe, cuando el reloj no llegaba a los 4 minutos. Thiago Almada apuró una pelota en el área para que Julián Álvarez superara al debutante Murillo y a Guilherme Arana para batir al portero Bento.

Un Scratch sin chispa, permeable en el fondo y que sufría demasiado cada vez que la Albiceleste. A los 12 minutos, los campeones del mundo encontraron rápidamente el segundo. Después de una gran jugada colectiva, el centro de Nahuel Molina encontró a Enzo Fernández en el segundo palo para el 2-0.

Argentina ganaba con comodidad, no solo en el resultado, sino también en el desarrollo del juego. La Verdeamarelha no salía de su sorpresa y en Buenos Aires ya se proyectaba una goleada histórica.

Sin embargo, un error de Cristian Romero permitió el descuento de los visitantes. El Cuti intentó salir jugando desde el fondo y se vio apremiado por Matheus Cunha quien disparó desde el borde del área para el 2-1, a los 26’.

Fueron unos pocos instantes de lucidez para los pentacampeones. Ilusión que duró solo hasta los 37 minutos. La Albiceleste movió el balón de lado a lado y el pase de Enzo Fernández encontró a Alexis Mac Allister, quien se adelantó a la meta de Al Nassr saudí para el 3-1 de los monarcas.

En el tiempo complementario, el DT Dorival Júnior decidió realizar tres cambios, pero no cambió el trámite del juego. Es cierto que Argentina bajó un cambio la intensidad, pero no por ello perdió efectividad. Antes del cuarto de hora, Álvarez y Nicolás Tagliafico estuvieron cerca de iniciar la goleada.

Pero la cuarta conquista no tardó en llegar. Argentina apuró un tiro libre que dejó solo a Tagliafico en la izquierda, su habilitación se paseó por toda el área brasileña y Giuliano Simeone remató con furia para el 4-1, a los 71’.

El Scratch intentó reaccionar, pero el tiro libre de Raphinha dio de lleno en el horizontal, cuando la reacción de Emiliano Martínez era prácticamente estéril.

Pero el daño ya estaba hecho. Muchas palabras y poco fútbol. Argentina goleó a Brasil con una actuación rutilante que quedará en los libros de historia de uno de los mayores clásicos del planeta