Una multitud se acercó este miércoles a la Basílica de San Pedro en la primera de las tres jornadas de la emotiva ceremonia que desembocará en el último adiós del sábado, día en que se llevará a cabo el funeral del Papa Francisco que murió este lunes luego de haber sufrido un derrame cerebral.
El cuerpo del Sumo Pontífice fue trasladado desde la residencia de la Casa Santa Marta hasta la sede más importante del Vaticano. El cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Iglesia católica, presidió la oración inicial antes de que el féretro comenzara su recorrido.
A las 9 en punto, comenzó una procesión de ochenta cardenales vestidos con sus hábitos y birretes color rojo, muchos recién llegados a Roma desde diversas partes del mundo para participar del cónclave que elegirá al sucesor de Francisco. La columna fúnebre caminó entre las callejuelas del pequeño Estado insertado en Italia hacia la salida por el Arco de las Campanas seguidos por los escoltas de la Guardia Suiza, el cardenal Farrell acompañado por un sacerdote con una gran cruz, y los cardenales divididos en dos columnas.
La marcha fue lenta, en particular por la edad de la mayor parte de los purpurados. La procesión pasó por la Plaza de Santa Marta y la Plaza de los Protomártires Romanos, antes de llegar a la Plaza de San Pedro. La entrada al Vaticano se realizó por la puerta central de la Basílica. Una vez adentro, el cuerpo del Papa fue depositado en el Altar de la Confesión, situado bajo el Baldaquino de Bernini, un lugar de profundo simbolismo.
