La recesión en Argentina se consolida como una tendencia alarmante en distintas provincias del país, y en los últimos meses comenzó a afectar incluso a alimentos de primera necesidad. De acuerdo a las Cámaras empresariales de las provincias de Corrientes, Santiago del Estero, Jujuy y Catamarca, la pérdida del poder adquisitivo de la población es el principal factor para la importante caída del consumo, que ahora se vuelve estructural.
En Corrientes, el presidente de la Cámara de Distribuidores Mayoristas del Nordeste argentino, Maximiliano Beigbeder, calificó el escenario como “paupérrimo”. Es que, en declaraciones radiales, el titular de la cámara reveló que en mayo la caída interanual del consumo osciló entre un 10% y un 12%, aunque enfatizó que “lo más preocupante es que ya no se trata solo de artículos de lujo o prescindibles, sino de productos básicos” como el pan, la carne, el pollo, el aceite y los congelados.
“Todo está muy deprimido. Hoy hasta los productos de primera necesidad vienen con una recesión muy importante”, expresó Beigbeder, al tiempo que explicó que el impacto es mayor en el interior de la provincia de Corrientes, donde los costos logísticos vuelven insostenibles muchas operaciones
“Una gira comercial te cuesta $300.000. Eso implica combustible, alojamiento y comida. Así es imposible”, advirtió Beigbeder, que también mencionó que los supermercados grandes están “atravesando serias dificultades” por la importante caída del consumo de primera necesidad, que tiene un fuerte impacto en la alimentación de las familias.
Otra señal de la crisis se refleja en las góndolas. Según Beigbeder, se observó un desplazamiento de marcas tradicionales por productos importados, en su mayoría de bajo costo: “Hoy ves segundas, terceras y hasta cuartas marcas. Aparecen productos desconocidos. Las góndolas se vacían rápido pero no porque se venda, sino porque se reduce el stock”, detalló, al tiempo que aclaró que “no hay faltantes graves como en otros años, pero el problema es el consumo”.
En Santiago del Estero, el presidente del Mercado Frutihortícola y de la cooperativa CoMeCo, Daniel Occhionero, describió un panorama similar al afirmar que las ventas “están bajísimas”, y que la situación en la provincia es de “recesión profunda”. Según sus palabras, hay una sobreoferta de mercadería, pero la demanda no responde: “El país entero está atorado de mercadería en todo lo que es frutihortícola. Es llamativo porque los precios son accesibles, pero aún así el consumo no reacciona”.
En ese sentido, Occhionero enfatizó que el bajo consumo responde a la escasa circulación de dinero que hay hoy en la Argentina. “Sinceramente, hay poco circulante. El poder adquisitivo de la gente está bajísimo. Por más que se bajen los precios, el consumo es poco”, explicó, al tiempo que señaló que, a su juicio, el escenario actual es “más difícil que el del año pasado”. “Ahora se nota mucho más la falta de dinero”, ratificó.
En Jujuy, el presidente de la Cámara de Comercio, Alejandro Bustamante, aseguró que “mayo fue un mes para el olvido” por la recesión profunda que se presentó en las ventas. En declaraciones radiales, el mercadista planteó su preocupación por la sustentabilidad del sector, y remarcó que “muchos comerciantes han visto caer fuertemente sus ventas, aunque por ahora no se resiente la permanencia de los locales, pero siguen aguantando, esperando un repunte que no llega”.
En la misma línea, Bustamante indicó que todos los rubros se vieron afectados por la recesión, aunque mencionó casos críticos como indumentaria, calzado, juguetería y perfumería. “El ingreso de las familias no crece al ritmo que lo hacen los costos, tanto comerciales como personales. La gente está priorizando los productos básicos de la canasta y eso se siente en las cajas de todos los locales”, remarcó.
Por su parte, en la provincia de Catamarca, el empresario gastronómico Esteban Cano informó que su sector también sufre una importante caída del consumo, y recordó que desde diciembre la recesión ronda entre el 30% y el 35%. “Estamos hablando de un tercio de lo que normalmente tenemos como actividad”, precisó.
En sus palabras, Cano atribuyó parte de la retracción al ajuste tanto nacional como provincial, al explicar que al tratarse de una provincia pequeña, la economía local depende en gran medida de la inyección de fondos del Estado. A pesar de la gravedad de la situación, se mostró optimista de cara al futuro: “Espero que hayamos tocado piso y podamos recuperarnos”, señaló, y luego destacó que muchos comerciantes están intentando sostener el empleo pese a la crisis
Es preciso mencionar que, en todos los casos mencionados, la conclusión es la misma: el consumo no se recupera, ni siquiera ante precios bajos y mercadería disponible. La recesión golpea sin distinción a los sectores más bajos del país, y compromete tanto la rentabilidad de los comercios como la estabilidad del empleo en las economías regionales.
